PARA EL PERSONAL DE AYUDA FRENTE A LA PANDEMIA SERVIDORES PUBLICOS EN ALERTA PERMANENTE
Para tener en cuenta
El personal de salud, servicio, policías y militares, es un
grupo de personas que deben estar trabajando
en las actuales circunstancias, en las que acecha el contagio masivo del
coronavirus.
Este personal debe cuidar de los otros pero además de sí
mismo para evitar el contagio, por lo cual debe extremar las medidas.
Son personas que llevan consigo los problemas que tenían
antes : preocupaciones de tipo económico, situación familiar, enfermedad de un
ser querido entre otros.
Al tener que trabajar por largas jornadas deben afrontar
separación familiar, no le es posible atender todas las necesidades económicas de la
familia.
Se trata de un trabajo prolongado, cuya característica es
que tiende a hacerse más problemático, pues el virus se va multiplicando y
afectando cada vez a más personas.
Las y los trabajadores humanitarios se ven
permanentemente expuestos al relato de historias terribles y tragedias
personales, pudiendo ser ellos mismos testigos de sucesos desagradables o estar
expuestos de forma ininterrumpida a graves peligros. En algunos casos el
personal vive y trabaja en condiciones desagradables y físicamente exigentes.
El personal puede no tener la formación adecuada o el
tiempo, los recursos y el apoyo necesarios para llevar a cabo el trabajo que se
le ha asignado. En tal sentido debe buscar ayuda, consultar. Es importante el
trabajo en equipo.
Debe tener instrucciones claras.
Bajo los efectos del estrés crónico, la capacidad de
decisión de los trabajadores empeora, y pueden adoptar conductas que los pongan
en peligro a ellos mismos o a otros integrantes del equipo, perturbando el buen
funcionamiento del mismo.
El estrés interfiere
fundamentalmente con la capacidad para desempeñarse y poder prestar sus
servicios a sus supuestos beneficiarios.
Aunque el estrés entre los
trabajadores humanitarios es inevitable, una parte se puede evitar o reducir.
Cada contexto particular crea un
conjunto particular de fuentes de estrés, y los riesgos para las y los
trabajadores individuales y los recursos que estos utilizan, pueden variar
también. Por lo tanto es importante identificar dichas fuentes y actuar sobre
ellas. En el caso de la policía, tiene que enfrentar la desobediencia y la
resistencia de la gente a acatar las normas establecidas en un contexto en
donde ha imperado la anarquía y el desorden. Mantener a la gente durante tanto
tiempo (un mes) obedeciendo las normas a las cuales o estaba acostumbrado, es
una tarea que requiere paciencia y exige tener conciencia de esta situación.
En las actuales circunstancias se
puede presentar el síndrome de burnout (agotamiento extremo por exceso de trabajo)
y agotamiento emocional por jornadas largas y exposición a diferentes
situaciones.
La falta de reconocimiento por
parte de la población beneficiaria del trabajo realizado, puede generar
desánimo.
Las mujeres miembros de personal
y voluntarias, pueden también enfrentarse a desafíos distintos a los de los
hombres. Las mujeres del personal, tras dejar el estrés del lugar de trabajo,
es probable que al regresar a sus hogares tengan que atender responsabilidades
en el cuidado de los niños/as y de la casa, no compartidas de forma equitativa
por sus parejas.
Derechos humanos: los actores
humanitarios deben promover los derechos humanos de todas las personas
afectadas. Este tip es especialmente importante para los militares y la
policía.
Ciertas prácticas organizativas
pueden dañar al personal humanitario. Entre ellas, las políticas
discriminatorias, políticas que imponen cargas innecesarias al personal, y
prácticas incompetentes a cualquier nivel. Además, algunos tipos de ayuda,
requieren capacidades específicas, y solo deben llevarlos a cabo profesionales
debidamente formados y experimentados.
Hay diferentes tipos de
trabajadores humanitarios: los profesionales con cargos de dirección y no
profesionales.
Los y las profesionales que deben
coordinar son especialmente vulnerables al estrés. Experimentan los mismos
factores de estrés a nivel laboral y comunitario que otros/as trabajadoras. Son
responsables tanto de velar porque el personal a su cargo cumpla con su
trabajo, como de proporcionarle el apoyo necesario. Las y los trabajadores no
profesionales (Ej. trabajadores de oficina, conductores, limpiadores) a menudo
no reciben la atención que merecen.
Es muy importante reconocer los signos y efectos del estrés: dolor de
cabeza
Insomnio o alteración del sueño,
malestar estomacal, depresión, Irritabilidad, esta última es fácilmente
observable. Se recomienda reducir horas o cambiar a la persona a una tarea
menos exigente.
La formación con respecto al
estrés y el auto-cuidado emocional antes del comienzo de una misión o tarea
debe incluir: educación sobre los factores estresantes previsibles del trabajo
humanitario (con la mayor especificad posible con respecto a la misión en
concreto y a los riesgos a los que se deben enfrentar los distintos grupos de
trabajadores/as); educación sobre cómo reconocer los signos de estrés; formación
en la medida de lo posible en técnicas específicas de control y de habilidades
de afrontamiento: técnicas de relajación, técnicas de control de la ira,
autocuidado, el valor de compartir experiencias con los compañeros y compañeras;
información detallada y concreta sobre las condiciones reales del terreno.
Cuidarse mutuamente. Cuando
observe a un compañero/a que se sobre exige, trabaja más de la cuenta,
hacérselo notar.
Tener un espacio y tiempo para
comentar los sucesos de la jornada.
Existe una gran cantidad de
evidencias que señalan que los apoyos sociales son el factor de protección más
importante para que las y los trabajadores afronten el estrés. La institución debe, por lo tanto, alentar y facilitar el acceso del
personal a mantener un contacto regular con sus familiares o seres queridos.
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