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Mostrando las entradas de octubre, 2013

INTROSPECCION DE UNA CHAVISTA EN VENEZUELA

¿Qué me mueve hoy en día? Me mueven las ganas de transformar todo lo que veo y oigo en un espacio de paz. Mi compromiso es reforzarme y formarme para transmitir a todos lados donde voy una esperanza de recuperar lo nuestro, nuestras raíces y nuestros derechos históricamente robados por los poderes del mundo. Devolverle a nuestra gente su identidad y que dejemos de apegarnos al sueño americano, no tiene nada que ver con nuestra cultura. Mi gente y su fuerza creativa, es lo que me mueve. Mi relación con Venezuela… Vivir en Venezuela es vivir por un lado una fuerza de trabajo y un compromiso muy grande lleno de solidaridad y conciencia (actual e histórica). Por otro lado nos enfrentamos con una resistencia al cambio muy fuerte, que es capaz de las cosas más despiadadas con tal de evitar la emancipación de los más desfavorecidos (la clase obrera, las mujeres, los niños y niñas, el adulto y adulta mayor, personas con discapacidad Vivir en Venezuela es vivir un país en revolución

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA GUERRA PSICÓLOGICA

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El concepto de guerra psicológica no es nuevo, su estudio tampoco, la credibilidad o no en ella depende de diversos factores. En Venezuela el factor más preponderante para su credibilidad es el factor político ideológico, es curioso pero hasta la creencia o no de que existe este tipo de guerra, es parte de la guerra misma. Vamos a explicar un poco que sucede en nuestro país desde el punto de vista de la psicología con esas confrontaciones políticas que se expresan en los planos económicos, políticos, sociales, emocionales, en definitiva en lo humano. La guerra de Cuarta Generación como lo han descrito los analistas militares es ideológica y es la última fase de la guerra imperial de conquista, en la era de las tecnologías, la telemática, las comunicaciones y la globalización esta guerra es más simple y cotidiana de lo que realmente creemos. Sin embargo hay algunas consideraciones que debemos resaltar. La guerra de cuarta generación incluye los componentes, militares, socia

COMUNICADO EN APOYO A LA LEY HABILITANTE

El Colectivo Psicólogos y Psicólogas por el Socialismo apoya de forma irrestricta la lucha contra la corrupción en todas sus expresiones, considerando que: La corrupción es una acción deplorable, que involucra aspectos morales, éticos, políticos, económicos y sociales que afectan de manera profunda la formación del ser humano y el desarrollo de la ciudadanía. Además reproduce los valores de una sociedad conflictiva, sustentada en el individualismo, el egoísmo y el aprovechamiento de circunstancias y personas de manera vil, haciendo daño en los diferentes entornos de desarrollo individual y colectivo La corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas, atenta contra la sociedad, el orden moral, la convivencia, la justicia y el desarrollo integral de los pueblos, influyendo de manera profunda en los valores y principios que rigen las conductas, actitudes y relaciones humanas. Su praxis muchas veces es desconocida o desestimada por la mayoría, generando

REVOLUCIÓN AFUERA, REVOLUCIÓN ADENTRO

De cuando en cuando recuerdo lo que dijo el gran Julio Cortázar refiriéndose a su “descubrimiento del prójimo”   tras la experiencia de la revolución cubana. Según su propia confesión, había vivido buena parte de su vida (nació en 1914) refugiado en sí mismo, buscando algo impreciso, sin rostro, que sin embargo le exigía esfuerzos y le lanzaba a distintas aventuras espirituales canalizadas a través de la literatura. Quizás el punto álgido de esta situación lo encontremos en Horacio Oliveira, el protagonista de Rayuela, publicada precisamente en 1963 cuando la revolución cubana apenas veía luz. En algún momento de la novela, Oliveira corrige a otro personaje diciendo (no es exacto, porque mi memoria tampoco lo es) que no es que intente abandonar las cosas, sino más bien que ellas le abandonen a él. Esto encuentra su correlato en el propio Cortázar, quien en una entrevista comentó que su existencia antes del mencionado “descubrimiento del prójimo” podía encerrarse en la frase “que