CONVIRTIENDO FLECHAS EN FLORES. 2da parte.
EL MIEDO Y SUS MUNDOS.
1. EL MIEDO.
El Miedo
tiene varias dimensiones y exploraremos algunas de ellas. Se trata
de algo así como los diferentes trajes con que puede aparecer este personaje
que ha llegado hasta nuestras casas y en su estilo dantesco hablarnos del
virus. Son vistas caleidoscópicas de un mismo fenómeno.
En todo caso
el Miedo tiene varios mundos:
1. La
banalización:
Habida
cuenta de que son las personas las que contagian a otras personas, entonces las
personas pasan a ser una amenaza para las otras personas. Cuando el miedo ocupa
todo el espacio de la mente tenemos la tendencia a “cosificar” a los demás
seres Humanos. Ante el miedo de unos, otros pierden su dignidad humana y se
termina cosificando en un ejercicio de banalización in extremis eliminando las
virtudes humanas de una persona y reduciéndola a una cosa que puede ser
desechable. En una Emergencia de un Hospital de la Capital llegó una señora con
gripe y sospechosa de estar contagiada con el virus que nos ocupa. Esto causó
revuelo, dejaron a la mujer sola en la Emergencia, muchos salieron a
esconderse y otros más trataban de protegerse poniéndose cuatro tapabocas
y varios trajes de papel. Al fin la atendieron y el caso resultó negativo. Pero
durante el seisporocho formado, un camillero que trataba de esconderse le
advirtió a quien me contó este cuento: “No pases por ahí, que por ahí pasó el
coronavirus”. Para esa persona que estaba presa del terror, la paciente
ya no se trataba de una mujer que pedía ayuda sino de una “Cosa” que
puede ser muy peligrosa. Se trata de la banalización del Ser Humano, la
“Cosificación” en su más desencarnada expresión.
2. La
desconexión emocional.
Cuando
alguien desesperadamente necesita nuestra ayuda pero puede infectarnos a
nosotros, sencillamente miramos para otro lado. Puede que tengamos
grandes ideales de solidaridad y hasta podemos tener una estructura ideológica
dirigida al altruismo, pero en situaciones de vida o muerte existe la tendencia
a ignorar completamente a la persona que necesita ayuda al punto de
sencillamente no sentir nada. Es como si apagásemos el sensor de Empatía o el
sensor de la Compasión.
3. El goteo
emocional.
La
administración de miedo por parte de los grandes medios de difusión del
planeta fue sencillamente magistral. Lo hicieron pausadamente, sin apuro,
muy, muy lentamente, como lo hace un experto. Desde diciembre de 2019 los
grandes medios están manejando nuestras mentes en una forma que el
mismísimo Alfred Hitchcock aplaudiría. Primero fue en una ciudad de China
de la que nunca habíamos oído nombrar, luego un país más cercano culturalmente,
luego, personajes mundialmente reconocidos, posteriormente fue un país muy
cercano, luego fue en mi país, y luego en mi ciudad. Nos damos cuenta de que
tenemos mucho miedo cuando los fakes nos asustan cuando dicen que tenemos en
nuestra urbanización a varios casos. ¿Qué pasará cuando sea en nuestro
edificio? ¿En nuestra cuadra? ¿En nuestra familia lejana?
El goteo
emocional es la forma más efectiva de desestabilizar psíquicamente a una
población. La presentación del evento ansiógeno justamente como una GRIPE
legitima la condición de Goteo Emocional, no sabemos cuándo nos irá a contagiar
y se puede acercar subrepticiamente.
4. La hiper-información.
El Dr.
Bianco acuñó el término “Infofrenia” para referirse a la casi locura que sucede
luego de tener un exceso avasallante de información. Alguien decía en un meme
de los que circulan por las rrss: “Mi celular tiene tanta información sobre el
coronavirus, que en vez de sonar, tose”. Así nos pasa en la mente. Ya estamos
atiborrados de tanta información muchas veces repetitiva que nos han
sensibilizado a niveles indecibles y han bajado nuestro umbral para la angustia
y con cualquier pequeño estímulo se dispara la respuesta de
ansiedad.
5. Somos lo
que pensamos, pasamos por lo que somos.
En ocasiones
la ansiedad puede mimetizar la sintomatología de aquello que nos causa
ansiedad. Entonces si creemos que tenemos alguna enfermedad, comenzamos a
presentar los síntomas de esa enfermedad. Así, no es de extrañar que se la
ansiedad se presente como dificultad respiratoria (cosa que suele hacer) pero
que en este momento representa mayor riesgo, peligro y por tanto mayor
ansiedad. Es una serpiente que se muerde la cola, recuerde la frase del
Buda: “Somos lo que pensamos” y la sentencia de Emerson: “Pasamos por lo que
somos”.
II LA
SUPERACIÓN DEL MIEDO
Las antes
referidas son algunas dimensiones del miedo, y pueden ocurrir cuando el miedo
se entroniza en la psique colectiva. Nuestro pueblo ha superado el miedo muchas
veces y esta prueba también será superada. Aquella frase de Bolívar “Echemos el
miedo a la espalda y salvemos la Patria” parece no haberse limitado a un evento
en particular en la historia de Venezuela, lo que sí parece ocurrir con
frecuencia por parte de nuestro pueblo es la superación del miedo.
También se
ha señalado abundantemente que lo que ocurre con mayor frecuencia en las
situaciones de desastre son las conductas de solidaridad y sinergia. La ayuda
reciproca como sucedió en la Tragedia de Vargas es más bien la tendencia
general.
El miedo
aparece cuando creemos que estamos solos, el miedo se supera cuando nos damos
cuenta de que estamos vinculados. De que Inter-somos, como diría el Maestro
Thay. Cuando nos damos cuenta de que estamos interconectados no existe la
soledad y por tanto no existe el miedo. A esto que es la interconexión, la
humanidad lo ha llamado “Amor”, y sabemos que Dios es amor, Dios es la energía
pura del amor. Cuando odiamos estamos en los predios de la soledad, cuando
amamos estamos en los predios del amor. La unión, la solidaridad, la comunión,
el vínculo, la interconexión, la interdependencia, son todas expresiones de
Dios.
Ahora bien,
sumemos con calma. Por un lado, esta no es la primera epidemia que los
venezolanos hemos superado y por otro lado, la energía del amor, de Dios, de la
interconexión y del vínculo se nos presenta para unir, y vencer ¿Será por eso
que recordamos con tanto cariño al “Limonero del Señor” de Andrés Eloy? ¿Será
que ”El limonero del Señor” nos tiene un mensaje guardado desde hace
muchos años?
“—¡Oh,
Señor, Dios de los Ejércitos.
La peste
aléjanos, Señor...!
En la
esquina de Miracielos
hubo una
breve oscilación;
los
portadores de las andas
se
detuvieron; Monseñor
el
Arzobispo, alzó los ojos
hacia la
Cruz; la Cruz de Dios,
al pasar
bajo el limonero,
entre sus
gajos se enredó.
Sobre la
frente del Mesías
hubo un
rebote de verdor
y entre sus
rizos tembló el oro
amarillo de
la sazón.
De lo
profundo del cortejo
partió la
flecha de una voz:
—¡Milagro...!
¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero
del Señor...!
Y veinte
manos arrancaban
la cosecha
de curación
que en la
esquina de Miracielos
de los
cielos enviaba Dios.
Y se curaron
los pestosos
bebiendo el
ácido licor
con agua
clara de Catuche,
entre
oración y oración”.
Roger Garcés
Psicólogo Clínico
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