DELINCUENTES CRIMINALES NO VALORAN SU VIDA Y POR ELLO TAMPOCO VALORAN LA DE LOS DEMÁS



El deporte, al igual que la cultura, podrían ser elementos importantes para combatir la violencia criminal que afecta a las comunidades del país. Ambas tienen la característica de que pueden ser utilizadas por las y los jóvenes para llenar un tiempo de ocio; por ello, sirven como alternativas para efectuar actividades complementarias que van más allá de los estudios.
De acuerdo con el psicólogo social Fernando Giuliani, actividades de las dos áreas abrirían una puerta importante para ofrecerles “alternativas a los jóvenes”, distintas de las que pueden ver en un entorno que puede acercarse a la delincuencia. Giuliani explica las causas por las que un individuo puede actuar con violencia y a la vez hace un estudio sobre cómo se puede combatir; no obstante, es enfático al decir que se necesita articulación de los distintos organismos para lograr una atención integral.
“Soy de los que piensa que la psicología debe entrar, mucho más, en la atención integral al joven. Tenemos que lograr que a la juventud, sobre todo de las zonas más necesitadas, le guste estudiar. Hay que lograr un método de atención integral que los incluya a ellos y a sus familiares; por supuesto, ahí entraría el deporte”, recalcó Giuliani
MOTIVOS
En medio de los cuadros que el jefe del Departamento de Psicología S ocial de la Universidad Central de Venezuela (UCV) expone, destaca que la actividad física debe ser muy bien direccionada para que el practicante tenga motivos para mantenerse en ella. En una breve exposición de las causas y motivos, el especialista en conducta humana recalcó que la manera como actúan muchas de las personas que ejercen la violencia criminal se debe a factores que actúan desde temprana edad.
Aspectos como el entorno familiar, los métodos de estudios en sus colegios y liceos y la manera como invierten su tiempo libre son algunos de los elementos que influyen para que se reproduzcan personas violentas. De acuerdo con Giuliani, la lucha contra la violencia criminal se debe hacer, a fondo, en las comunidades más necesitadas con una metodología que permita mantener un orden y atención específico a las involucradas y los involucrados.
– ¿Bajo qué condiciones cualquier ser humano puede responder con violencia? Cualquier tipo de violencia nunca es un elemento mono causal. Siempre atraviesa por una multiplicidad de cosas. La respuesta o agresión al otro está en el repertorio humano en cualquier escala. Todos los seres humanos, bajo ciertas circunstancias, podemos actuar con violencia. Eso quiere decir que es una conducta que puede emerger en cualquier ser humano.
 CAUSAS Y TRASFONDOS
– ¿Por qué se da la violencia criminal?
Hay algo: en este caso se debe estudiar con qué frecuencia se puede responder con violencia y cuál es el tipo de violencia que se usa. No es lo mismo una mala respuesta que matar a alguien. Esos son niveles que se deben recalcar; por ello, la violencia criminal tiene sus causas y trasfondos.
– ¿Por qué piensa usted que hay personas que responden fácilmente asesinando a otros?
–Esto no siempre fue así. Hay estudios que muestran cómo el Caracazo de 1989 marcó un hito. En los últimos años se han presentado ciertas condiciones para que este tipo de violencia vaya en aumento.
– ¿Cuáles son esas condiciones?
– Una de ellas es el fácil acceso a las armas de fuego. Hace 30 años no era tan fácil conseguir esas armas. Fíjate: conflictos entre bandas siempre hubo, al igual que los atracos; sin embargo, una cosa es un atraco con un puñal y otro con un arma de fuego. Lo mismo son las maneras de enfrentamiento que bandas de delincuentes tienen con la policía. Ahora son con armas, pero no siempre fue así.
– ¿El tipo de educación que reciben los jóvenes tiene mucho que ver?
– Bueno, diría que también influyen los niveles de cultura; incluso, dentro del mundo delincuencial En principio, todo pasa por el valor que tiene el criminal de su propia vida. Ellos asumen que su vida no será muy larga; por lo tanto, poco les importa. Eso tiene una gran diferencia con los delincuentes de antes y ahora. Los de antes tenían temor de perder la vida cuando andaban en malos pasos.
– ¿Tiene que ver la autoestima en los sujetos que practican esto?
– Cuando examinamos las historias de vida, vemos que hay una estructura de delincuencia que los lleva a pensar en morir o matar. El tema es que se enfrentan con armas de fuego y los ajustes de cuentas son mayores.
– ¿Pero por qué piensa que hay problemas de autoestima como para no querer su propia vida?
– Una de las causas es que hay vínculos afectivos muy débiles. Si fuese lo contrario, obviamente piensan más en lo que van a hacer. Otra cosa son los procesos de socialización para experimentar arrepentimiento. Eso ha ocurrido en los últimos años. Muchos de estos sujetos no experimentan culpa o tienen dificultad para hacerlo. Eso les da frialdad para hacer las cosas.
– Cuando un sujeto dispara o asesina, ¿lo hace con rabia?
– Sí, claro. El hecho de matar puede formar parte de una especie de currículo para ellos. En sus códigos está crecer y hasta seguir el ejemplo de otro superior a ellos. El problema es que entran en una socialización de la delincuencia y con esa base van construyendo una identidad.
 MIRAR A LA FAMILIA
– ¿Es posible prevenir esto?
– Claro que es posible. Solo se debe analizar el contexto que lo rodea.
– ¿Cómo se haría?
– Lo primero que debemos hacer es mirar su familia. Hay muchos que no han encontrado otras opciones en sus vidas, por el abandono que sienten en su hogar. Al vivir una desintegración familiar, pueden sentir resentimiento. Pienso que se debe trabajar en asistir a la madre para ayudarla a prevenir que su hijo se le vaya de las manos.
– ¿Esa prevención se debe hacer solo en los hogares?
– No. En los colegios y liceos es vital hacer un programa de prevención, ya que en la adolescencia es cuando el muchacho o muchacha se termina de perder. Ahí es donde comienzan ellos a buscar opciones. Ese es el momento en que el joven puede comenzar a construir un proyecto de vida. Ahí es donde entra a jugar un papel fundamental el deporte.
– ¿Es ahí donde se puede combatir el ocio?
– Sí, porque se busca que el muchacho ocupe su tiempo. Nosotros tenemos que buscar
la manera de que el sistema educativo no se vuelva tedioso para ellos. Debe ser más interesante y evitar que el joven se frustre. Si el joven no consigue un sentido, no rinde, lo terminan botando y lo retiran. Ahí se da esa mortal ecuación que lo puede impulsar hacia la delincuencia.
– ¿Qué se debe dar para que eso no suceda?
– En los colegios y liceos debe existir asesoramiento psicológico. Las familias populares
deben tener asesoramiento psicológico para saber encaminar el futuro de sus hijos. A todos los padres de cualquier estrato social les pasa eso. La psicología hace falta insertarla en la atención a la educación integral
– Se habla de deporte, psicología, educación, cultura. ¿Será que todas funcionan
pero están desarticuladas?
– Por supuesto. Se está haciendo un esfuerzo extraordinario en direccionar las políticas
públicas para atender a las clases más necesitadas, pero ahora lo que falta es articular.
No pueden estar la cultura, deporte y otros aspectos cada uno por su lado.
Hace falta un programa que indique dónde se debe apuntar y dónde se debe impactar.
También, lo que se haga, debe ser evaluado. Con esto último se puede ver si se va por buen camino o no.
– ¿Cuál sería el aporte que les daría el deporte a los jóvenes en esta situación?
– Toda política debe tener metas a corto, mediano y largo plazo. El aporte del deporte
no escapa de esta situación. Tenemos que ser claro en algo: tal vez, y lo digo así porque no lo doy por seguro, al delincuente de ahora difícilmente lo saques de su mundo convenciéndolo de hacer deporte; sin embargo, desde el Ministerio de Relaciones
Interiores, Justicia y Paz hay una interesante política de desarme que puede dar buenos
resultados. Esa es una buena manera de trabajar con las consecuencias.
– Si hablamos de prevención para obtener resultados a mediano y largo plazo, ¿en qué puede ayudar el deporte?
– En mucho. El deporte es fundamental porque sirve para prevenir y a la vez desarrollar
las habilidades en los jóvenes. El deporte puede prevenir a las personas que estén en un contexto vulnerable a la delincuencia, pero también es un beneficio para aquellos que ya empezaron a practicarlo, ya que pueden asentarse más.
Los muchachos pueden entrar “en una socialización de la delincuencia y con esa base van construyendo una identidad”, alerta el psicólogo social Fernando Giuliani. Sin embargo, señala que el deporte y la cultura, bien articulados, pueden servir para una prevención efectiva
BUENOS EJEMPLOS PERO REALMENTE CERCANO 
– Así como un delincuente podría tener un ejemplo negativo que imitar ¿piensa usted que los deportistas pueden servir como buenas figuras?
– Los modelos de deportistas son muy importantes, pero deben estar más cerca de esas
personas propensas a la delincuencia. La idea también es que den a conocer sus vidas y valores, entre otros. Sería una campaña extraordinaria el hecho de que ellos visiten varias veces a las comunidades.
– ¿Quiere decir que hace falta que los deportistas se acerquen a las comunidades más de lo que han hecho ahora?
– Exactamente. Hace falta que las figuras de los deportistas sirvan para trabajar identidad, valores, proyectos de vida, entre otras cosas. El deporte activa a
la persona a trabajar de manera individual, pero también colectiva. Con el deporte se aprende a competir de manera sana. El muchacho que practica deporte reduce la vulnerabilidad a las drogas.
– ¿Por qué considera que es así?
– Porque la sensación que te da el deporte no te la da ninguna otra actividad. Ahí hay un tema de bioquímica. Se generan endorfinas con las competencias. Físicamente es un beneficio. También la sensación de logros y caídas se manejan haciendo deporte.
–¿Habla de un tema emocional al nombrar sensaciones de victorias y derrotas?
– Hablo de que con el deporte se pueden aprender a manejar las frustraciones.
Cuando una frustración se instala y se renueva, la persona se convierte en una bomba
de tiempo. Con el deporte se puede aprender a manejar los triunfos y fracasos.
– ¿Piensa usted que para ello se necesita orientación deportiva?
– Claro, es urgente tener buenos entrenadores y orientadores que complementen ese trabajo
¿Hace falta multiplicar la psicología deportiva?
–  Mucho, porque la psicología deportiva sería un complemento bastante importante y fundamental para lograr estos procesos.


 Entrevista de T/ Alex Carmona
A Fernando Giuliani
Correo del Orinoco
Caracas 26/01/14

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