DE LECTOR A DETECTIVE

Cada día leer la prensa, seguir noticias sobre el acontecer nacional se vuelve un ejercicio de falsación para el lector no desprevenido. Hay que asumirlo así  porque lo que hasta ahora se tenía  como las bondades de la economía cognitiva puede conllevar muchas veces a creer informaciones falsas y a reproducir matrices cuyo objetivo es configurar una realidad a medida de los intereses de quien la escribe.

Por tomar un ejemplo, la muerte de tres personas en Ocumare del Tuy hace dos días. Uno de los fallecidos de acuerdo a ciertos medios formaba parte del Movimiento Por la Paz y la Vida . Testimonian familiares de las víctimas a esos medios que la policía llegó a su casa en la madrugada  y los “mataron” sin que mediara protocolo de detención. Es cierto o falso que uno de los fallecidos perteneciera al Movimiento? Es cierto o falso que aun perteneciendo al Movimiento podría seguir formando parte de la subcultura malandra, así llamada por Alejandro Moreno? Es cierto o falso que están ejecutando  a gente inocente? Cómo ocurre la pacificación en un barrio? Cómo se realizan los pactos? Cuánta credibilidad hay entre los actores participantes? Hay una meta ley no escrita que se aplica implacablemente entre los pactantes? ¿Cómo interpretar los Derechos Humanos en este contexto de la vida que se rige con códigos propios, con normas ad hoc?

Hacer lectura de una noticia es hoy una tarea demandante. Otro ejemplo, reseñan un asalto en un restauran donde los testigos presenciales, afirman que fueron tres jóvenes que se dieron a la fuga y llegaron a un callejón del sector, tras ellos iba la policía, hay un enfrentamiento armado. Los vecinos hablan de un muerto, un herido y otro fugado. Los titulares de la prensa local reseñan 8 atracadores. ¿De dónde salieron los otros cinco? De la febril mente amarillista del periodista? Qué pasó con las preguntas básicas del periodismo qué, cuándo dónde y cómo?

La lectura de noticias de sucesos puede despertar la imaginación del lector y convertirlo en un potencial escritor de ficción, un punto a su favor. Pero cuando el lector cree todas las noticias tal como se las presentan no estará creando una vida ficcionada, donde él también forma parte de la trama de medias verdades y medias mentiras o nada verdades o todas mentiras?
Leer noticias en cualquier formato obliga al lector a tener una actitud desconfiada, a triangular informaciones, a sacar sus propias conclusiones y acoger la duda como principio. Todo un trabajo intelectual y  de control emocional. Quizá, sin saberlo estamos formándonos como detectives científicos parecidos a los que nos presentan las series gringas. Lectura, divino tesoro.
                                                                                   
María José Aponte L.
                                                                                 Psicóloga Social
                                                                                  

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