VENEZUELA: ¡NO CREER NI EL 1% DE LO QUE SE DICE!
En Venezuela
no hay una narco-dictadura. En Venezuela no hay una dictadura castro-comunista.
¡En Venezuela hay mucho petróleo! Así de simple. Esa es la clave para entender
lo que está sucediendo en el país caribeño. Y hay un proceso nacionalista que
desde hace años creó un proyecto alternativo, con proyección socialista, que
tiene enloquecidos a la derecha nacional y, fundamentalmente, a los grandes
capitales globales, estadounidenses en principio, que ven perder un gran
negocio (el petrolero ante todo, junto a otros no menos lucrativos, como el
hierro, nuevos minerales estratégicos (coltán, bauxita), el gas, el agua dulce,
la biodiversidad de la selva amazónica).
¿Y qué está
sucediendo? Una terrible guerra psicológica y mediática que intenta preparar
las condiciones para una posible intervención extranjera (Operación Venezuela
Freedom-2 /
https://kenzocaspi.wordpress.com/2017/04/05/el-plan-de-eeuu-para-intervenir-a-venezuela-documento-de-comando-sur-operacion-venezuela-freedom-2/),
militar probablemente, disfrazada de “operación para rescatar la libertad y la
democracia perdidas”.
La idea
pertinaz, repetida enfermizamente hasta el cansancio, es que en Venezuela tiene
lugar hoy una feroz dictadura que hambrea a su población y la reprime
brutalmente. Eso se complementa con la imagen de un país en crisis, al borde de
la guerra civil, ingobernable. En otros términos: todo aquello que para la
visión de Washington constituye un “Estado fallido”, y que, por tanto, clama
por la intervención extranjera para salir de la crisis.
Recientemente,
los días 12, 13 y 14 de junio, tuvo lugar en Caracas el Primer Foro
Internacional “Violencia y Operaciones Psicológicas en Venezuela”, donde se
debatió acerca de la guerra particular a la que está siendo sometida la nación,
buscando las alternativas del caso. Definitivamente, la realidad no tiene nada
que ver, ¡en modo alguno!, con la imagen virtual que se ha ido construyendo del
país, y que es la que recorre el mundo. Imagen, por cierto, que va quedando
fijada como la única realidad de la patria de Bolívar. Por eso mismo, como dice
el título del presente escrito: ¡no creer ni el 1% de lo que se dice!
Sin dudas,
no es posible afirmar que Venezuela está en paz, que sigue su vida cotidiana
normal libre de inconvenientes. Por el contrario, se la ha llevado a un clima
de zozobra inusual. La vida cotidiana del ciudadano venezolano término medio se
está viendo afectada, golpeada, enrarecida. El miedo y la desconfianza del otro
se han instalado, junto a una situación de incomodidad creciente en la
resolución del aprovisionamiento básico.
Pero a ello
se suma, desde inicios del mes de abril, una provocación con características de
operaciones bélicas de baja intensidad. En realidad, no son muchas las personas
involucradas en esos actos de desestabilización, pero sí suficientes para
provocar la angustia social, el pánico a veces, la incertidumbre. Jóvenes,
generalmente provenientes de los sectores más humildes y pagados como mercenarios
(a veces pagados con drogas), según las informaciones disponibles: preparados
militarmente en Colombia en técnicas de “guerra callejera”, están llevando a
diario acciones de disturbios en distintas ciudades del país. Montaje de
barricadas, cobro de impuesto de circulación a los ciudadanos que deambulan por
allí, quema de dependencias gubernamentales, ataques contra las fuerzas de
seguridad bolivarianas, agresiones contra puntos sensibles como hospitales,
guarderías infantiles, en todos los casos apoyados por francotiradores
debidamente apostados, estas acciones vienen cobrando un promedio de no menos
de un muerto diario desde hace ya más de dos meses.
Con todo
ello se crea un clima de inseguridad y caos que termina por “enloquecer” a los
habitante, básicamente, en los sectores no chavistas, difundiéndose rumores
atemorizantes, siempre en clave de violencia, de lógica de guerra. Pero sirven
para “enloquecer” también a la sociedad en su conjunto.
Está claro
que esta bien pensada y elaborada guerra psicológica tiene como objetivo final
abonar para un clima de desasosiego total que pueda terminar llevando a una
guerra civil. La zozobra generalizada ya se está logrando. Si las muertes
diarias y las agresiones vandálicas continúan, la matriz mediática se encargará
de mostrar eso como el caos más mayúsculo de la historia, que obliga a
intervenciones externas que puedan garantizar la más.
Lo repetimos
con la mayor y enérgica contundencia: ¡¡no se debe creer ni el 1% de lo que los
medios masivos de comunicación propalan sobre Venezuela!!
El
desabastecimiento, el mercado negro, la crisis financiera, las muertes
cotidianas, el temor inducido de la población, el clima paranoico con el que se
vive dividiendo el país en forma visceral entre chavistas (“malos”) y
antichavistas (“buenos”) es una monstruosa campaña mediático-psicológica
orquestada por quienes ansían no perder sus negocios ni su cuota de
poder.
Es
imprescindible dejar claro por todos los medios posibles que en Venezuela ¡¡no
existe el caos que se quiere presentar!! En Venezuela se ha inducido una
enfermiza, “loca” polarización que puede servir para justificar el robo de sus
recursos, tal como se hizo en otros países: Libia, Irak, Afganistán. En
Venezuela no hay dictadura; ¿cuándo un gobierno dictatorial permitiría ser
insultado en la cara por la oposición sin reaccionar? ¡¡En Venezuela hay
cuantiosos recursos naturales que la voracidad capitalista de grandes empresas
no quiere perder!! Y para ello apela a esta guerra psicológico-mediática que
está volviendo locos a los venezolanos, enfrentándolos y desquiciándolos.
Una prensa
veraz, seria y profesional debe denunciar enfáticamente estas calumnias.
Marcelo Colussi
Psicólogo y Licenciado en Filosofía
Psicoanalista, investigador social,
catedrático universitario.
Viernes, 16/06/2017
Comentarios
Publicar un comentario