¿CÓMO PUEDEN COMBATIR LA CUARENTENA COLECTIVA VOLUNTARIA LAS PERSONAS DE LA TERCERA EDAD?



  
Las personas mayores de 65 años, incluidas dentro del grupo etario denominado “Tercera Edad, han debido sobrellevar estos días de cuarentena colectiva voluntaria, los frecuentes mensajes que por múltiples vías reciben y que les recuerda, ya sea con fines preventivos o como amenaza que conforman el grupo más vulnerable de contagio. No es fácil para ellos estar siendo señalados, mirados e incluso discriminados por ser adultos mayores, otro nombre que se utiliza para este grupo minoritario, incrementado sus miedos, mayor aislamiento, pensamientos catastróficos, entre otras consecuencias.

Los términos “adulto mayor” o tercera edad, están dirigidos a personas que no necesariamente comparten las mismas características, al contrario, cada vez es más difícil homogeneizarlos. Y, es precisamente porque, a medida que se ha incrementado la expectativa de vida y se ha definido con mayor claridad el ciclo de vida en etapas que van más allá de la adultez, la Psicología del desarrollo ha diferenciado una secuencia de fases cuya referencia es la edad cronológica, además de cambios físicos y psicosociales.

a) Tercera edad: En torno a los 65 años, que preceden y siguen la jubilación.

b) b) Ancianidad: 70-75 años. Cambios de roles y responsabilidades. Se presentan limitaciones físicas.

c) Última senectud. 80 años: Muchas alteraciones generales.


EL ENVEJECIMIENTO

Si nos acercamos a una visión general del proceso de envejecimiento, es posible que alcancemos una comprensión mayor de sus reacciones frente a la cuarenta colectiva que estamos viviendo todos, en especial los adultos mayores. Iniciemos con los cambios físicos que ocurren en este grupo y que nos ayudan a entender su vulnerabilidad en esta pandemia.

Hay un debilitamiento del sistema inmunológico del cuerpo. Este sistema
parece actuar contra sí mismo y atacar algunas partes como si ellas constituyeran agentes invasores. Con el tiempo, el sistema inmunológico pierde capacidad para enfrentar la enfermedad. Si bien los síntomas en personas mayores son los mismos que en el resto de los demás grupos etarios, las personas mayores son las que presentan un mayor número de enfermedades y patologías crónicas, debido al debilitamiento del sistema inmune, entre otros factores. Por lo tanto, los más viejos deben extremar las precauciones y, deben prestar especial atención ante cualquier síntoma que pueda ser sospechoso de Covid-19, ya que tienen una tasa más elevada de mortalidad

También, hay una pérdida de información sufrida por las células corporales a nivel de las moléculas de ADN, lo que conduce al envejecimiento de muchas células del cuerpo. Esto puede explicar la lentitud de reacción, por ejemplo.

Los genetistas sugieren la existencia de un tipo de cronómetro, o reloj puesto para funcionar en un momento dado. El reloj es localizable en cada célula, o quizás fuera de ellas, tal vez en el cerebro, quizás en el hipotálamo y también en la glándula pituitaria, la que libera una hormona poco después de la pubertad, dando paso al proceso de declinación en un rango programado.

Por último, otros teóricos consideran que, con los años, ocurre una disminución de la capacidad de eliminación, seguida de una acumulación de desechos que no favorece, ni a la actividad celular normal, ni al mismo proceso de purificación. La acumulación de desechos generada por las propias funciones corporales debilita el funcionamiento adecuado del organismo.

Los cambios sociales son explicados por varios modelos. Por ejemplo, la teoría del Retraimiento señala que el envejecimiento está acompañado del retraimiento recíproco de la sociedad y del individuo. El anciano se va retirando progresivamente de la vida social y ésta le va ofreciendo cada vez menos posibilidades de cualquier tipo.

La teoría de la Actividad, por su parte, considera que los individuos deben permanecer activos en las situaciones sociales todo el tiempo que física y afectivamente sea posible. Los ancianos se ven privados de muchos papeles y no está claro cuáles deben permitírseles. Si no hay claridad en los papeles o no son reemplazados los suprimidos, la anomia se internaliza y le causa desadaptación y alineación al individuo.

Los ancianos como grupo minoritario. Las personas ancianas se sienten forzadas a formar una minoría. Perciben que se les asignan defectos que tienen que evitar a como dé lugar. La falta de movilidad, la pobreza, la segregación y la impotencia, rasgos todos presentes en los grupos minoritarios también están presentes en los viejos.

En el aspecto psicológico, las pérdidas ocupan la primera escena, fundamentalmente la de la juventud. Además, en este periodo aparece el límite de la vida como más preciso. No es que se va a morir ya, si no que a partir de aquí puede pensar en cifrar en un número de años su existencia.

Si resumimos algunos cambios ocurridos en la vejez, como, por ejemplo, la disminución de la capacidad de adaptación a los esfuerzos; cambios a nivel del sistema nervioso central; cambios a nivel hormonal, hay que considerar que sus quejas sobre las limitaciones físicas, en realidad son quejas en los aspectos psicosociales.

Hay una merma de vínculos e interacciones con compañeros al producirse la jubilación, lo que trae aparejados cambios en lo económico. Todo esto produce un fuerte impacto en lo psicológico creando un estado de disminución de la autoestima , con gran inseguridad y extrañeza en su identidad. Se establece así un estado de desconocimiento personal, y donde antes "todo lo podía y emprendía "ahora todo está cambiado; desde adentro y desde afuera de donde le devuelven una imagen desvalorizada porque ya no lo ven como antes. Ahora está debilitado.

RECOMENDACIONES PARA AFRONTAR EL MALESTAR PSICOLÓGICO POR EL CORONAVIRUS

Debemos destacar que el adulto mayor, así como todos nosotros estamos enfrentando una crisis vital, pues el coronavirus constituye un acontecimiento real, presente, que nos obliga a que nuestra vida cambie de repente. Implica un conflicto y nos obliga a tomar decisiones, que no siempre son fáciles, ni nos sentimos capaces de tomar. Es un evento inesperado e imprevisto como puede ser el fallecimiento prematuro de un ser querido, la pérdida de empleo, la aparición de una enfermedad incurable, entre otros. Todos ellos son crisis que requieren un proceso de duelo.

Los elementos psicológicos que hay que elaborar son: las pérdidas anteriores y aun las de la vida. Una vez resuelto este dilema, se recupera la energía psíquica para insertarse en la vida. Es aquí cuando aparece una función psicológica que va a servir para aceptar y adaptarse a estos cambios. Esta función es la reminiscencia.

  • La función de la reminiscencia no debe considerarse negativa, más bien es un ejemplo de salud mental, ya que va a permitirle al anciano reconstruir su pasado, con lo que fortalece la identidad y la autoestima.
  • La reminiscencia también tiene una función de comunicación con los que lo escuchan para mostrar su valía, la estima que era objeto en su trabajo y con sus amigos. Y también la posibilidad de comunicar sus experiencias vividas. 
  • La función de la reminiscencia es esencial para sortear esta pandemia. Permita que le cuente una y otra vez, episodios de su pasado, sin interrumpirlo, ni cortarlo con un “eso ya me lo has contado sopotocientas veces”. Oriéntelo hacia otro tema que tenga que ver con su vida. 
Es inevitable que todos pensemos y hablemos del mismo tema. El coronavirus está provocando gran preocupación y malestar emocional en la población por la incertidumbre que genera el rápido contagio de este virus, que provoca la enfermedad conocida COVID-19 y que ya se considera una pandemia.
  • La ola de información genera ansiedad y se sabe que la ansiedad afecta directamente a la memoria. Evitemos estar diciendo que el foco más grave de la enfermedad son los viejos, ya que es esperable que las personas reaccionen con pánico.
  • El miedo es una emoción desagradable, pero muy saludable, necesaria y adaptativa. Sin embargo, el miedo intenso y extremo lleva a un bloqueo emocional que lo que hace, en muchas ocasiones, es paralizarnos. La consecuencia es que nos anula la capacidad de reaccionar o de buscar soluciones o alternativas que nos ayuden a estar mejor.  
  •   Un significativo porcentaje de personas de la tercera edad, está familiarizado con la tecnología y las redes sociales y muchas de las informaciones a las que acceden no están bien contrastadas ni proceden de fuentes serias, por lo que es importante mantener el buen estado de ánimo, la calma y la tranquilidad, así como consultar solo información contrastada sobre el coronavirus. 
  • Las personas mayores deben restringir al máximo los contactos, de forma que sus cuidadores no se conviertan en vectores de transmisión del virus. 
 
Carmen Liliana Cubillos S.
Psicología del Desarrollo Humano

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