LOS PELIGROS PARA EL ALMA DEL VENEZOLANO POR PARTE DEL PROGRAMA DE RECUPERACIÓN Y PROSPERIDAD ECONÓMICA.

APUNTES DE PSICOLOGÍA ECONÓMICA.


"La economía es algo muy serio para dejársela sólo a los economistas." 


¿De qué nos sirvió la crisis si vamos a volver a almorzar con Pepsicola?

Todos estamos esperanzados en que este programa funcione. Las expectativas son halagadoras y si tiene éxito Venezuela va a volver a ser el país pujante al que todos quieren ir. Creo que logré escuchar al Dr. Emilio Hernández que dijo que de producirse el anclaje del Bolívar al Petro, y de venderse el petróleo en Petros, los compradores de petróleo debían comprar Bolívares para poder comprar Petros, y con el sustento en petróleo del Petro se podía comprar toda la masa monetaria del país. Eso significaría una revalorización importante de la moneda tan importante y descomunal que, tal vez estemos a las puertas de un resurgimiento de la Venezuela saudita. He aquí el origen de los problemas para el alma del venezolano.

He sostenido en diferentes foros y conferencias que las crisis son una oportunidad para crecer espiritualmente. Los venezolanos somos considerados en el mundo como “Botarates”, fuimos bautizados como los indios “tabaratos”, ¿Recuerdan aquello de: ’ta barato, dame dos? Martí, con su alma de poeta decía: “Los venezolanos son gente hermosa, no saben contar”. He señalado que lo venezolanos tenemos patrones de consumo rígidos e hipertrofiados. Es decir, compramos mucho más de lo que necesitamos. La guerra económica no solamente ha golpeado el estómago de los venezolanos, ha golpeado el Ego. Por eso es común escuchar la frase: “Cuando éramos felices y no lo sabíamos”.

Pues bien, nosotros no hemos superado este patrón de consumo, todavía no hemos aprendido a “Contar”, todavía creemos que la felicidad es comer mucho y acompañado con una botella familiar de Pepsicola. La guerra económica no ha sido lo suficientemente cruda como para enseñarnos el valor de las cosas, no hemos aprendido la mesura ni la temperancia.

Por otro lado las estructuras de corrupción dentro del Estado, que incluye: Administración pública, Empresa privada, Iglesia, Mafias delincuenciales enquistadas en organismos de seguridad están intactas. Si no hemos aprendido a contar, tampoco hemos aprendido a cuidar. Todavía tenemos la mentalidad de botarates que legitimaba un diputado adeco diciendo que la corrupción era “una forma de redistribución de la riqueza”.

La producción nacional no existe como valor cultural. Si algo fue rescatable de esta crisis es el hecho de que hacer cultivos en las escuelas y enseñarles a los niños que para poder comer los alimentos había que sembrarlos y ESPERAR para cosecharlos. Antes de esta crisis se tenía la idea errónea de que los alimentos “vienen del supermercado”. El sustrato de esto es la idea infantil de la felicidad inmediata, por eso la corrupción (en la empresa privada y pública) porque la riqueza debe ser inmediata. Nosotros queremos la riqueza y la felicidad para YA! Por eso ni siquiera respetamos los tiempos de un semáforo.

Como vemos hay tres elementos que no hemos superado y que pueden representar un verdadero peligro para la construcción de un alma nacional adulta y próspera. Estos peligros son:

1. Los patrones de consumo rígidos e hipertrofiados. Mentalidad de botarates,
    “Tabarato dame 2”

2. La mentalidad de corrupción.

3. La idea de la felicidad instantánea, que desestima el cultivo y la producción nacional porque no sabemos esperar.


José Garcés

Psicólogo.



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