SENTIDO Y EXPRESIÓN DEL DUELO POR EL COMANDANTE CHÁVEZ


 
La muerte de un ser querido, ya sea un familiar cercano, un amigo, un maestro o una persona que marcó nuestra vida, siempre causará tristeza y dolor, siempre habrá que vivir un duelo, de eso no hay escapatoria. Bueno, podemos hacernos los desentendidos y actuar como si no nos hubiese afectado lo que pasó. A veces creemos que es mejor no expresar el dolor que sentimos porque hay que ser fuertes para los demás, especialmente para aquellos que consideramos más débiles y que están bajo nuestra protección, o también porque creemos que la vida continúa y que hay que dejar  las cosas en su lugar, tranquilas. Precisamente, sobre la muerte aprendemos cosas que nos dicen, pero lo que más nos cuesta es lidiar con los sentimientos que se desatan.

La muerte del Comandante Chávez desató muchos sentimientos: un dolor parecido al de una pérdida por un ser querido.  Un dolor real, intenso, válido, genuino.  Para muchos, es un dolor por la muerte de un padre diferente a nuestro padre biológico o de crianza, pero en cierta manera un padre que nos orientó, que nos ayudó a entender cosas, para eso están los padres, algunas de esas cosas que nos ayudó a entender fue el sentido de lo colectivo, de pensar en el otro, especialmente en el más débil, el más excluido. 

Es también el dolor por el Presidente que, como ninguno, visibilizó a los pobres, les brindó como ninguno la posibilidad de organizarse y de ser poder popular y de hacer realidad la esperanza por una sociedad más justa que tenemos que seguir construyendo. Tristeza por el mandatario que revalorizó nuestro sentido de patria venezolana, en nuestro territorio y en el mundo, que impulsó la integración y unidad entre los pueblos latinoamericanos.

Recientemente, el ministro del Poder Popular para las Comunicaciones Ernesto Villegas, a propósito de recordar a los caídos en los hechos del 15 de abril de este año, decía algo así como que la tristeza no nos desmovilice. Y tiene razón. Sucede que como país y como colectivo no hemos tenido tiempo de vivir el duelo por el Comandante, de quedarnos un tiempo como paralizados, que es también lo que uno siente cuando pierde un ser querido. No, inmediatamente tuvimos que activarnos para enfrentar un nuevo proceso electoral, porque la Revolución, la construcción de la patria no se detiene y nos necesita activos. Entonces parecía contradictorio que al mismo tiempo tuviese que convivir el duelo con la alegría y quizás muchos no lo entendieron y en abril se quedaron paralizados, desmovilizados. Pero la Revolución, una vez más triunfó.

Entonces, aceptemos que estamos de duelo pero al mismo tiempo comprometidos activamente con la construcción de la patria nueva. Podemos sentirnos desamparados, que perdimos la referencia más importante de esta Revolución, pero no olvidemos sus palabras el 08 de diciembre de 2012: “Y en cualquier circunstancia nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta Revolución, construyendo la democracia nueva que aquí está ordenada por el pueblo en Constituyente, construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades” y también, cómo olvidarlo: “Hoy tenemos Patria, que nadie se equivoque. Hoy tenemos pueblo, que nadie se equivoque. Hoy tenemos la patria más viva que nunca”. Entonces, nuestro referente ahora, más que nunca, es el poder popular y es el presidente Nicolás Maduro al frente de ese poder popular, continuando y haciendo realidad el legado de Chávez.  El 28 de julio, en Sabaneta, el presidente Maduro decía: hay que convertir el dolor en acción, y expresar ese dolor y la nostalgia por el Comandante haciendo Revolución, haciendo Revolución en lo cotidiano. Si algo nos transmitió Chávez fue el sentido de lo colectivo, no el individualismo y en esas pequeñas acciones que hacemos para ayudar al otro, allí estamos haciendo Revolución.

El duelo por la muerte del Comandante Chávez es una mezcla de tristeza por la muerte de un ser querido; de desamparo porque ahora nos toca seguir adelante sin su presencia física, de miedo porque todavía falta mucha patria justa por levantar y consolidar. No hay manera de sentirse de otra manera frente a la pérdida de una persona que impactó en nuestras vidas. Es un sentimiento que se lleva por dentro, sin embargo, cuando somos capaces de hablarlo, de compartirlo, podemos reconocerlo como un dolor colectivo, de muchos y entonces podemos darnos cuenta que no estamos solos, que no solo me pasa a mí. Y eso nos tranquiliza y también nos anima a seguir trabajando con esperanza por esta Patria más justa que con certeza se levanta.

Psic. Berta Barrios
19 de julio de 2013

“Ya estoy en la calle. El mejor remedio para la tristeza, es la lucha, el trabajo, sentirse útil y cumpliendo con el legado del Comandante Hugo Chávez”. Presidente Nicolás Maduro



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