HOMENAJE A MARTÍN - BARÓ
“El poder de la Universidad se cifra en su capacidad pensante, en su capacidad de ser conciencia crítica y creadora”.
Ignacio Martín-Baró
(1942-1989).
Español de nacimiento y
salvadoreño de corazón, sacerdote jesuita y psicólogo social, graduado en la
Universidad Centroamericana de El Salvador y con estudios de postgrado en la
Universidad de Chicago, Ignacio Martín-Baró dejó plasmada una visión del papel
de la Psicología Social y de la Universidad en el contexto latinoamericano. “El P.
Martín-Baró insistía en que la psicología debía enfrentar los problemas
nacionales y que debía ser desarrollada desde la condiciones sociales y las
aspiraciones históricas de las mayorías populares” (Departamento de
Psicología-UCA, 2002).
Sus ideas, marcadas por los acontecimientos
sociales y políticos de la época, una Centroamérica convulsionada por la
guerra, siguen teniendo vigencia y nos movilizan en la reflexión de nuestro
quehacer como profesores universitarios y del rol de la Universidad dentro de
la sociedad.
Su concepción
fundamental de lo que debe ser el trabajo de la Universidad asume la
conscientización como una de sus principales tareas, entendiendo ésta como un
proceso psicológico, social y político.
Desde el punto de vista psicológico, la persona va forjando una nueva
conciencia de su propia realidad frente al mundo, pero esto no se queda en un
asunto meramente individual. Es también un proceso social porque la conciencia
personal tiene sentido como una dimensión social, ya que como individuos
pertenecemos a una comunidad, una cultura pero además, el sujeto de la
conscientización no es un individuo, sino una comunidad, un pueblo, un grupo
social. La conscientización lleva a una opción política, al punto que la
politización llega a ser considerada como criterio de veracidad del proceso de
conscientización. Dicho proceso sería reducido a un simple mecanismo ideológico
cuando no incida inmediata y directamente sobre la realidad humana. “[U]n proceso de conscientización no es un simple tomar
conciencia de un dato, sino que es un proceso de cambio, de transformación
activa y pasiva” (Martín-Baró, 1998, p.
142).
Unido a la
conscientización, está el concepto de liberación. “La libertad se expresa y se
realiza históricamente en las libertades concretas, y las libertades se
obtienen a través de un proceso de liberación” (Martín-Baró, 1998, p. 142).
¿Cuál es el
papel de la Universidad en ese proceso de conscientización? Martín-Baró habla de mecanismos conscientizadores complementarios
y estructurales. Los mecanismos complementarios vienen a ser todas aquellas
propuestas, acciones, asignaturas que en la práctica sirven para justificar la
labor social de la Universidad. Se añaden al currículo o a la gestión de una
Universidad, pero no orientan de manera estructural la enseñanza y la futura
acción del profesional egresado de la Universidad. Son mecanismos
conscientizadores porque crean una inquietud, comportan un cuestionamiento,
parcial y temporal, sobre la realidad, pero como dice Martín-Baró con relación
a los cursos o asignaturas, “rara vez estos cursos ejercen un influjo duradero
sobre el estudiantado—aunque se dan excepciones--. Las más de las veces
levantan una pequeña inquietud que, al estar divorciada del cuerpo formativo,
lo más que logra es generar un ámbito marginal de preocupación “social”, en
perfecta y ubicada esquizofrenia” (Martín-Baró, 1998, p. 144).
Los mecanismos
conscientizadores estructurales son parte esencial del quehacer de la
Universidad, constituyen su columna vertebral y se reflejan en la planificación
académica y presupuestaria, en la política de personal y en la metodología
pedagógica. La existencia de estos mecanismos estructurales es lo que revela si
la Universidad persigue la conscientización y la liberación de nuestros
pueblos. Estos mecanismos estructurales consideran los problemas reales del
pueblo para la definición de las carreras y de su orientación, incluso para la
definición de las materias, los programas y los trabajos exigidos. Un método
pedagógico realmente liberador debe ser activo, crítico, comunitario y
dialéctico.
Ignacio
Martín-Baró murió asesinado, a manos del batallón Atlacatl, junto a otros cinco
jesuitas y dos mujeres salvadoreñas, por haber optado por la liberación de su
pueblo, tanto desde la academia como desde la pastoral. Una manera de recordarlo
es retomar su obra y valorar su importancia dentro de la situación actual
venezolana y latinoamericana, en particular reflexionar sobre el papel de la
Universidad en el proceso de conscientización y liberación.
Referencia
Martín-Baró, I. (1998).
Psicología de la liberación.
Madrid: Trotta.
Departamento de
Psicología-UCA. (2002). Biografía de Martín-Barón. Disponible en: www.uca.edu.sv/deptos/psicolog/nacho.htm
Berta Elena Barrios, psicóloga.
Julio Mosquera, educador
matemático.
¿cual es el homenaje?¿en que consiste?
ResponderBorrarIgnacio Martín Baro es un gran ausente dentro de los estudios de psicología, hemos querido recordar su obra, su trabajo, su pensamiento siempre vigente. Sus reflexiones sobre las universidades, el papel de la psicología y del psicólogo siempre son un referente aun cuando lo han mantenido invisibilizado. Colocar en nuestro blog una breve síntesis de quien fue Ignacio Martín Baro es un pequeño homenaje a su inmensa obra, es una invitación a encontrarlo y a analizar, a la luz de los momentos que nos ha tocado vivir y ejercer nuestra praxis, una visión del mundo, más humana más sensible y mas íntegra.
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