REFLEXIONES SOBRE LA EMIGRACION DE VENEZUELA BASADO EN LA EXPERIENCIA CLINICA*




En la experiencia clínica hemos visto en los últimos años el aumento del tema migratorio, en el discurso del paciente independientemente del motivo de consulta, o bien porque desean irse del país, porque se fueron y no se sienten bien, porque regresaron y creen deben trabajar la experiencia, porque algún ser querido se fue, o porque no quieren irse y sienten una gran presión social para irse.

Las migraciones y sus consecuencias generan algunos desequilibrios que nos parecen importantes para la reflexión desde la salud mental, algunas de ellas son respuesta sana y esperable otras se complican con conflictos anteriores y pueden producir síntomas con diversos niveles de patología

Son muchas las experiencias, historias y sufrimientos que ha generado la forma en la cual se han vivido las migraciones, esas verbalizaciones , angustias y vivencias nos han despertado algunas reflexiones que creo necesario compartir.

Los jóvenes de Venezuela siempre han querido viajar a otro país. Los jóvenes que clase media viajaron siempre a otro país, tanto por turismo como por viajes de estudio y generalmente regresaban aunque en muchos estaba la aspiración de quedarse fuera. Creo que el hecho de vivir un tiempo en otro país para un joven puede ser una experiencia enriquecedora; sin embargo la emigración en la Venezuela de hoy (2018) tiene otras características.

Por qué emigran los venezolanos ?

  • Muchos piensan que hablar de emigracion hoy dia es una Moda: Creo que la expresión no es exacta, aunque hay algo de eso. En los últimos 4 años hemos visto aumentar el número de personas que dejan el país. Inicialmente jóvenes de clase media, profesionales en su mayoría, que establece una competencia entre ellos de quien tiene mejor oferta de empleo, mayores ganancias en dólares o euros y si están en un país con “más prestigio”, según sus valores. Puede verse como una moda, pero es una competencia entre ellos, porque sus valores se basan solamente en tener una mejor calidad de vida, no aparece en su discurso ningún contenido que indique preocupación por el país y/o deseo de una construcción colectiva; hay una presión social que lleva al joven de clase media a buscar emigrar esto es lo que vemos como “moda”, el que emigra no queda excluido del grupo ni descalificado y si obtiene un buen puesto es muy valorado por el grupo social y familiar.
  • En el tema de valoración también debemos examinarlo en Venezuela: siempre hubo una valoración negativa de propio país y sobre valoración de Estados Unidos y los países europeos. Esta valoración cambia con la llegada de Chávez al poder, y desaparece en gran parte la imagen devaluada, pero esto no sucede en la clase media que rechaza el discurso político de Chávez y sigue teniendo una imagen idealizada del exterior.

La esperanza y la sensación de inclusión:
Venezuela siempre fue un país que recibía inmigrantes, los venezolanos no salían mucho de su país. Ahora muchos más emigran y esto se debe a que el que decide irse es porque ha perdido la esperanza. Por eso emigra primero la clase media, porque se sintió excluida del discurso revolucionario, que no mencionaba sus intereses y sus problemas, por eso fueron los primeros en emigrar, pero cuando la situación económica se puso difícil, empezaron a emigrar estratos de la población menos favorecidos, con el resultado de que lo poco que enviaba el familiar en el exterior, era suficiente para resolver el consumo de la familia, (efecto del cambio paralelo del dólar y del ataque a la moneda), lo que estimuló a otras personas a emigrar para resolver el problema económico de su familia.

He oído decir, en los últimos 2 años, después de unas elecciones que habían ganado las fuerzas que apoyan al gobierno “esto no tiene arreglo hay que irse porque el gobierno no va a caer”. Antes de las elecciones tenía la esperanza que el gobierno fuera sustituido por la oposición, ahora que no hay esperanza, se va.

¿Se van solo los opositores?

Fueron los primeros que emigraron, pero también se van los chavistas. Y se van los que no tienen un interes por la politica y que no comparten los estilos de ningun partido o tendencia politica. Hay personas que se van por razones emocionales: el que se relaciona con una pareja que es extranjera y vive en el exterior, el que tiene otros familiares afuera. Empieza a suceder que después que los hijos han emigrado, los viejos solos, tambien piensan en emigrar.

Muchos otros se van por miedo a la delincuencia: han sido robados, asaltados o secuestrados y no confian en que esto pueda resolverse a corto o mediano plazo. En esta razon hay todas las tendencias politicas.

En los dos últimos años la presión económica ha sido un factor cada día con más peso, el aspirar a un mejor ingreso, aunque no una mejor calidad de vida, y tener la posibilidad de mandarle a su familia algún dinero que les permita cubrir los gastos básicos del mes es muy frecuente.

Vivir en Paz:

Estar perseguido por la delincuencia, no poder circular libremente independientemente de la hora, es un atractivo para emigrar. El “toque de queda” voluntario que hacen la mayoría de las personas, que no salen de noche, es sentido como una prisión, La libertad esta fuera del país. En la época de las guarimbas y los trancazos eso también les perturbó la paz y aumentó el deseo de irse.

La doble nacionalidad:

El poder estar legalmente en otro país, sin requisitos ni trámites, ha sido un atractivo para emigrar, sin embargo no tardan en darse cuenta que es una ventaja limitada, puesto que son tratados como cuidadanos de segunda categoría.

Probablemente, la mayoría de los primeros que emigraron tenían doble nacionalidad, ahora emigran los que tienen solamente la nacionalidad venezolana.

Adaptación a la nueva vida

Hay una variedad de situaciones y de adaptaciones:

El emigrante ilegal: Tiene la situación más difícil porque será contratado en condiciones de explotación generalmente en trabajos muy por debajo de su nivel académico y muy lejos de su profesión. En algunos países hay figuras especiales, una de ellas es la de conceder asilo político si puede demostrar que fue perseguido por la “dictadura de Maduro”, esta figura existe por lo menos en Estados Unidos, piden un informe psicológico y hay colegas que desgraciadamente dan esos informes sin examinar a la persona.

Los que tramitan legalidad y los tiene doble nacionalidad: Si bien no se enfrentan a problemas legales, siempre son vistos como extranjeros. Los que hacen trámites buscando visas que le permitan trabajar legalmente, deben invertir buena parte del dinero que ganan o llevaron de Venezuela para pagar abogados, fotocopias y otros papeles. Mientras tanto hacen trabajos no legales “en negro” lo llaman los españoles. Son trabajos mal pagados y a veces con jefes que maltratan y que no tienen ningún respeto por sus trabajadores.Los que tienen doble nacionalidad, se evitan los trámites y el dinero de honorarios para abogados y papeles, pero no son tratados como nacionales sino como extranjeros. Es conocido de todos los términos sudaca y venaca. La doble nacionalidad permite la permanencia en el país sin restricciones, pero los títulos profesionales no son reconocidos y hay que cumplir una larga lista de ritos de iniciación para legalizarlos, y el emigrante se ve obligado a trabajar 12 horas en un trabajo que no es el suyo con frecuencia mesonero, lavando platos en un restaurante, vendedor, donde obtiene un ingreso suficiente para vivir, hasta para ahorrar o enviar algo a su familia, pero sus horarios no le permiten estudiar ni hacer equivalencia para trabajar utilizando los conocimientos que aprendió en Venezuela. No basta con la nacionalidad, el titulo también tiene que ser del país al que emigró.

Hablando con una persona de doble nacionalidad en España, decía que ella era tratada como extranjera, yo le recodaba desde la época de la Colonia se hacía diferencias entre los peninsulares y sus propios hijos, blanco criollo nacidos en América; los peninsulares tenían privilegios que no tenían los criollos. Esas diferencias siempre los hubo.

El emigrante muy exigido: Además de la dificultad central de adaptarse a otra cultura, a otro país a veces otro idioma y la condiciones laborarles de explotación, desempeñando una actividad que no responde a su preparación y que no le gusta, ahora están también presente la presión de que debe ayudar regularmente a su familia en Venezuela, si antes enviaban dinero cuando había una necesidad especial, ahora esa ayuda es solicitada todos los meses y con frecuencia remesas extras para algún gasto especial, lo que significa para el emigrante renunciar a comprar las cosas indispensable para mejorar su calidad de vida. A veces los familiares piensan que puede pedirle mucho porque es alguien que está ganando mucho dinero, esto tambien trae consecuencias en las relaciones familiares.

Con frecuencia después de un tiempo y aunque haya logrado adaptarse, el emigrante piensa que no ha progresado bastante, al tener un nivel de vida por debajo del que tenía en Venezuela y porque no puede trabajar en su profesión, y esto produce un sentimiento de minusvalía. Es frecuente que llegue a la conclusión de que si bien problemas como la inseguridad ya no los tienen ahora tienen otros problemas equivalentes.

La nostalgia: La separación de los familiares y del país natal siempre produce nostalgia. Con frecuencia se hacen amistades muy estrechas, a veces también de venezolanos o de otros latinoamericanos, que funcionan como una familia sustituta.

Tanto los sentimientos de minusvalía relacionados con las condiciones laborales y no alcanzar las metas propuestas, así como la lejanía de los seres queridos producen sentimientos depresivos y una mayor tendencia a enfermarse inclusive físicamente.

Volver a la Patria: Solamente en un caso la persona tuvo que volver porque su funcionamiento psíquico no le permitía cumplir con los compromisos adquiridos y no era capaz de cuidarse, ni siquiera podía tomar la decisión, un familiar la fue a buscar y la trajo de vuelta a Venezuela. No conocí el diagnostico, pero todo indica que fue un desequilibrio psicótico, que se recuperó a integro al reencontrarse con su familia y su país, contando por supuesto con ayuda inicialmente psiquiátrica y luego psicoterapéutica.

En la mayoría de los casos que he visto, han logrado un mínimo de adaptación, se han planteado el proyecto de quedarse en el país donde se emigró, pero se mantiene el deseo de volver de visita para reunirse con sus familiares, pero la situación de los pasaportes vencidos sin posible solución inmediata o rápida impiden que vuelvan, en su lugar envían el pasaje al familiar más cercano para ser ellos los visitados.

La vuelta al país cuando la intensión era quedarse, es siempre sentido como un fracaso. Aunque sea un deseo muy intenso. Alguien que emigró, que esta legalmente, trabajando en su profesión y que es de oposición me decía “estoy aquí, me va bien, pero me hace falta Venezuela ojala esto sea por muy poco tiempo”; se refería por supuesto a que cambiara el gobierno en Venezuela. Otras personas de oposición que han emigrado siguen con atención las elecciones para ver si se acaba el gobierno revolucionario, porque les gustaría volver.


Maigualida Rios
Psicóloga

*El material clínico corresponde a personas de clase media

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