COMUNICADO CONTRA LA LEY DE AMNISTÍA Y RECONCILIACION NACIONAL
El Colectivo Psicólogas y Psicólogos por el Socialismo
acuerda expresar su más firme rechazo a la Ley aprobada por la fracción
Mayoritaria Parlamentaria de la oposición venezolana ante la Asamblea Nacional, y a la vez alertar a los ciudadanos y
ciudadanas sobre las consecuencias de dicha ley en la sociedad venezolana.
Una ley de
amnistía se propone, generalmente, después de un conflicto que ha afectado de
manera amplia a una Nación y es producto de un proceso de diálogo, de
negociaciones y acuerdos. Esto no ha sucedido con la mencionada ley, sino que
ésta ha sido producto de una oferta electoral que no busca la paz ni la
reconciliación nacional, sino que tiene otras intenciones políticas.
Una ley que
pretende la “reconciliación nacional”, comprende aspectos éticos, morales,
emocionales e históricos que impactan directa e indirectamente en la sociedad.
Algunas consideraciones contempladas en esta ley recientemente aprobada,
afectarán de manera grave aspectos psicosociales relacionados con la
convivencia; el respeto a la autoridad, las normas y leyes que sustentan a toda
Nación, y en un sentido más particular, pueden afectar también a las familias,
comunidades y al comportamiento humano en general.
Todo hecho
doloroso y violatorio de la integridad física, moral, psicológica y social
exige una restauración a las víctimas, que no siempre puede darse como se
espera, en tanto la pérdida de la vida, de la calidad de vida, del equilibrio y
bienestar familiar no siempre es posible restaurar. En consecuencia se necesita, por el valor de
la justicia, una sanción, un castigo para resarcir el daño ocasionado. Cuando
la acción es intencional, la sociedad espera por parte del ejecutante el
reconocimiento de dicha acción, de manera que pueda asumir frente al mundo las
consecuencias de sus actos, lo que señala el valor de la responsabilidad, tan
requerido en nuestros tiempos.
Por ello, un
aspecto básico de las leyes de amnistía es el perdón y el reconocimiento a las
víctimas del conflicto. Esto no se menciona en la presente ley, lo cual va en
detrimento de una verdadera justicia y al contrario, promueve el olvido de los
actos y hechos allí mencionados. Si se pretende llegar a una reconciliación
nacional, ésta debe partir del diálogo, la verdad y la justicia, lo cual implica
el reconocimiento de hechos y acciones que ocasionaron grandes sufrimientos,
pérdidas y dolor a muchos ciudadanos y ciudadanas.
La Ley de
Amnistía y Reconciliación Nacional, lejos de generar reconciliación, refuerza
las percepciones de injusticia, odio, desesperanza y falta de credibilidad en
las normativas humanas y espirituales que rigen la convivencia. En psicología,
para poder encontrar la salud mental se requiere que quien haya cometido un
delito, lo acepte o niegue haberlo cometido, pero lo que no puede es callarse ante
el mismo. Lo que plantea la mencionada ley es olvidar los hechos y borrar el
proceso social ocurrido en nuestro país en los últimos 18 años. Esto trae consecuencias
importantes a considerar: eximir de responsabilidad a los responsables, es
pretender olvidar sus actos, el daño y el sufrimiento causado de forma directa
e indirecta. Esto constituiría la anomia absoluta y ello está fuera de toda paz
social y reconciliación. Reconciliar no es olvidar, es reconocer y respetar las
diferencias, es reconocer las heridas, y es el avance del proceso social el
único que puede permitir la reconciliación real, profunda y duradera.
Los hechos que
ocasionaron grandes pérdidas y sufrimientos profundos, señalados sorprendentemente
como actos a ser excusados de justicia en la mencionada ley, no pueden ser
restaurados, ni reparados, por ello no debemos olvidarlos. Al contrario,
debemos recordarlos permanentemente para poder resarcir el daño y para que no
se repitan. La sociedad universal hace actos conmemorativos permanentes para
que no se olviden sucesos como esos. La historia está llena de casos que
produjeron terror y muerte: las Madres de Plaza de Mayo, la conmemoración del Holocausto, estan para recordarlos de forma permanente, por
mencionar solo algunos. Los
esfuerzos que hace la humanidad para preservar el testimonio, a pesar de su
fragilidad y su dolor, no tiene solamente el propósito de impedir la
repetición, sino de imponer la condición ética de la esencia humana.
La ley
promulgada deja el perdón, la reconciliación, la verdad y la justicia fuera del
debate social y su significación debe ser discutida, evaluada y analizada por
el poder popular. Esta ley produciría más fragmentaciones sociales, morales y
emocionales, aumentaría el clima de conflictividad social
y transmitiría un mensaje de impunidad que tendría consecuencias psicosociales y
legales inmensas para el país.
Por todo lo antes
expuesto, el Colectivo Psicólogas y
Psicólogos por el Socialismo rechaza la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional
y propone:
- La NO aprobación de esta ley, por parte del poder popular, el poder judicial y el poder ejecutivo bajo ninguna circunstancia, por el daño moral, ético, emocional, legal, psicológico y social hacia la Patria.
- Apoyar discusiones nacionales donde se evidencien las intenciones de esta ley y sus implicaciones psicológicas y sociales para la Nación.
- Apoyar movilizaciones nacionales y locales en contra de la aprobación de esta ley.
- Abrir el debate en las comunidades sobre las consecuencias de esta ley para analizar a profundidad las implicaciones en el desarrollo humano y la familia .
Lo que llama la atención de esa ley, como bien lo explican, es la falta de reconocimiento de la responsabilidad que debe preceder toda acción de reparación.
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