LECCIONES DEL 2014….POR AHORA
Desde que comenzó el año las y
los venezolanos nos hemos sometidos a nuevas experiencias, nuevas en formas, en
acciones, en respuestas, en sentimientos, en sorpresas, en capacidades, en
estilos, en todo.
Quizás estamos experimentando
una nueva cultura sin darnos cuenta, comenzamos con un llamado a la violencia
que desestimamos la mayoría de las personas de buena voluntad en este país,
pacifico, solidario, amable, tranquilo, alegre y valiente, pues esa violencia
nos sorprendió nos mostró el odio, la sin razón, lo absurdo de acciones que a
todas luces eran violentas y descaradamente destructivas, sin embargo las
llamaban pacificas, creo que comenzamos a entender otro lenguaje, se cometieron
acciones atroces, se violentaron pre escolares, niños pequeños, ¡ni en los momentos de una guerra armada eso
ocurre!, es decir nuevas formas de expresar la rabia con inocentes, echaron
aceite, tachuelas, bombas, alambres para decapitar y los autores no se
conmovían, los testigos tampoco, bueno a veces sí…
La guerra económica hizo que
surgieran de nuevo todos los sentimientos de la guerra psicológica, desaliento,
desesperación, desconsuelo, incertidumbre, pero también que la creatividad
renaciera de las tinieblas, comenzamos a inventar recetas, y formas de limpiar…
pero lo mejor, sin querer los dueños de las empresas que nos someten a la
ausencia de los productos que estamos acostumbrados, los venezolanos comenzaron
a hacer cosas increíbles, porque gracias a la ausencia de productos que
culturalmente consumíamos comenzamos a cambiarlos, ejemplo de ello la pasta
dental “Colgate” (P&G) conocimos otras marcas y se descubre que son mejores,
más sabrosas, dan menos sed, es decir ahora no deberiamos comprar por marca sino por necesidad, la harina
de maíz es el mejor de los ejemplos, ya la harina pan dejó su reinato, se
conocen muchas marcas y hay mejores que la ya citada de las empresas polar. Eso
es un golpe al consumismo , al monopolio y por supuesto al capital. La forma de
comprar también cambia antes se comparaba gaveras de cerveza , ahora les da por no
vender sino al detal, así es que ahora como cuesta más, se puede tomar menos y
gastar menos, eso es otro golpe al consumo.
Otro aspecto positivo de esta
guerra , se retoman las galletas hechas
en casa, como siempre las que se aprenden de las abuelas, de las madres y que se
enseñaron con placer y se trasmiten de generación a generación, a los hijos e
hijas y amigas, hecho que hace juntarse, acercarse, en acciones y gustos más sabrosos
y amorosos. Los dueños de las empresas y los políticos despiadados e indolentes
nos quieren desesperar pero podemos darle la vuelta y gozarse la jugada, con la
convicción de que no nos derrotarán.
En mi experiencia, cada
vez entiendo más lo que es el Socialismo y cada vez estoy más consciente que es "Socialismo o Barbarie", esta vez no en un texto, no en un
discurso, sino en la práctica, en vivencias, porque la indolencia, el descaro,
las rabias, que no son otra cosa que los demonios sueltos, son la expresión más
franca del capitalismo, con sus valores que los sustentan.
Mucho aprendizaje en lo que va
de año, aprendí que somos frágiles pero
valientes, perseverantes y resistentes como pueblo, eso se traduce en
conciencia política y social, en convicciones firmes. Aprendí que la cultura
gringa está muy, muy presente y que parte de la población es verdaderamente
esclava del imperio sin darse cuenta, que hay muchas personas que creen que ser
felices es tener el papel higiénico que les gusta, o el desodorante de una
marca, que sin esos productos se sienten
infelices, fracasados y desesperados, (si trabajaran en la Procter & Gamble
serian muy felices, sueño de vida pues) sólo con tener productos de consumo
diario son felices y están en paz, sus pesadillas son no tenerlos y sueñan con viajar
a otros países a comprar jabón, papel higiénico
y sonreír tomándose fotos para mostrar que ellos si pueden tenerlos, en su poder
individual y de clase social pudiente, su felicidad es tan simple sólo eso los
hace fuertes. En sus fantasías quieren vivir en otro país donde puedan siempre
tener esos productos, con eso les basta para ser felices y estar en paz, no
importa que no tengan a sus seres queridos,
sus estudios, su música, sus paisajes, sus frutas, sus panas, sus costumbres, sus
metas, su vida, o peor sus metas se terminan limitandose a las galletas, harinas
y vainas que compran sin colas porque sólo ellos pueden comprarlas.
También aprendí que por esa ilusoria felicidad venden hasta su madre,
y que además creen que el pueblo entero piensa así, creen que es mejor irse al
fin del mundo, pasar por cuatro estaciones, otro idioma, otras costumbres pero teniendo
el papel higiénico de la marca que quieren, y lo que quieren comprar al costo
de lo que sea, hasta de su madre.
Aprendí que esas personas
jamás entenderán el significado de la palabra Patria, que jamás amaron, ni
amarán a Bolívar o a Sucre o a nadie, que su historia se basa en programas de televisión
y anacronismos, aprendí que les duele la abdicación del rey de España pero no
la muerte de un motorizado decapitado por unos salvajes irracionales,
psicópatas que desconectados de los sentimientos prefieren creer que la culpa
fue del motorizado y no de ellos.
Aprendí que hay venezolanos y
venezolanas que no les importa el sufrimiento de nadie, que si alguien muere porque cierran una
calle es entendible porque son los costos sociales, que si muere porque no
venden un medicamento tampoco importa, si entran a un preescolar y provocan
ataques de pánico se sienten valientes y héroes, son insensibles al dolor
humano porque como en la televisión gringa el fin justifica los medios, siempre
y cuando ellos no sean el fin,
Aprendí que el absurdo no
tiene límites, que hay miles de realidades y que los paradigmas se resquebrajan
cuando tratamos de explicar, desde la psicología, lo que pasa en este país donde
lo desordenan, lo desabastecen, lo gritan, lo ofenden, lo maltratan, difunden
las peores emociones, sentimientos, pensamientos y después la culpa es de Nicolás.(del otro pues)
Aprendo que amo este país más
que nunca y que por él, por su historia, por sus valores y por verlo próspero,
grande, independiente y soberano podemos dar la vida millones de personas no
sólo los nacidos en esta tierra, porque entendimos que lo mejor que tenemos somos
nosotros mismos, organizados y juntos, porque nadie podrá jamás con el poder
popular a pesar de todo lo que quieran hacer los dueños de los medios de
producción que siguen estando en manos de los capitalistas, los oligarcas y que
ellos seguro jamás dejan de tener ninguno de sus productos y no hacen ningún
esfuerzo por tenerlos.
Aprendo día a día que tenemos
Patria y que pase lo que pase la seguiremos teniendo, desde cada espacio
laboral, cada espacio de vida hagamos lo mejor, demos lo mejor de nosotros, hagamos lo que tengamos que hacer
para impedir el saboteo, el avance de la revolución es indetenible, con la conciencia que estamos
en una guerra, sin balas, sin aviones, sin bombas como las de siempre, sino con
las psicológicas, las que afectan la paz, la tranquilidad, la seguridad y la certeza.
Si alguien duda de a dónde vamos, miren
a su alrededor, más allá de lo que se ve, hay un pueblo que lucha, que crece,
que es feliz y que ama su historia, su
identidad que se siente orgulloso
de ser venezolano y venezolana y que ese orgullo lo lleva con la cabeza en alto,
que jamás se derrota y que como Bolívar y Chávez se crece en las dificultades.
Seguiremos venciendo,
seguiremos teniendo patria.
Ovilia Suárez
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