REFLEXIONES FRENTE AL 9 DE DICIEMBRE
Hace 20 años, entre asombro y entusiasmo, vimos ocupar por fin el cargo de
presidente, a alguien por quién votamos. A alguien en quien de algunas maneras,
confiábamos. Confianza total o parcial, con espacios para la duda.. Gato
escaldado le teme al agua fría.
El mismo 6 de diciembre de 1998, llamadxs a constituyente, en todos los
espacios posibles comenzamos este proceso de construcción de utopía concreta.
Algunxs no le auguraban continuidad en el tiempo. Otrxs si. Algunxs lo veían
como un plato a preparar, otrxs como un derecho a consumir.
Pero nos lanzamos. A un esfuerzo cotidiano, físico, comunicacional,
analítico, crítico. Mesas de trabajo, iniciativas, discusión, propuestas,
participación. Con aciertos y errores. Con un haber y saber acumulándose y con
mayor consciencia de las dificultades que nos esperaban, en nuestra
confrontación diaria con la realidad. Hoy estamos aprendiendo con dolor el
costo que se cobra por la osadía de rebelarnos contra un modo de estar del
mundo global, capitalista, neoliberal. Dice Rosa Luxemburgo: “Quien no se
mueve, no siente las cadenas”.
Hoy es momento para redoblar el esfuerzo por cambiar todo lo que haya que
cambiar, no solo en el mundo capitalista en el que nos movemos, sino sobre todo
dentro de nuestro proceso, resistir lo que haya que resistir, proteger a
quienes requieran protección en su mayor fragilidad, y preparar nuevas maneras
de ser, de hacer, y de construir. No es cambiar de camino. Es rectificar modos
de andar, y fortificar el rumbo.
Puede hasta pensarse en este momento, que cada hito electoral es mas una
reafirmación de esperanzas y un termómetro de entusiasmo que una elección de
personas. No porque no importe a quién se encomiendan las diversas tareas, sino
que básicamente se asegura que el proceso de tareas siga.
Hay falencias internas. Muchas. Hay desacuerdo en los cómo, y a veces
incluso en los qué. Pero la alternativa al camino escogido y ratificado
votación tras votación, es aquello de lo cual venimos escapando desde tantos
decenios.
El dilema no es tanto votar o no votar. El dilema profundo que debemos
resolver antes de salir a la calle, hoy, es si seguimos resistiendo y
avanzando, o abandonamos el rumbo del país a las manos de quienes lo están
asediando.
El asunto, al buscar culpables de nuestra situación cotidiana, es entender
que si bien las falencias, equivocaciones, desidias y corrupciones de parte de
quienes si están o estuvieron en el Poder (político), facilitaron pero no
provocaron nuestra situación. Fue el mover las cadenas hasta dolernos. Fue
intentar desatraparnos. Y fue el Poder económico mundial quien movió las
tenazas. Como lo ha hecho tantas veces.
Nosotrxs, no estando en el llamado Poder, en ninguna de sus 2 esferas
básicas, tenemos nuestro rol en los micropoderes, en las acciones pequeñas de
nuestro pequeño entorno, en la reflexión-comunicación, en la asamblea y en la
presión hacia el entorno mayor a través de nuestra formación, organización y
acciones de poder popular.
Si seguimos creyendo que es posible, lo será, en medio del ataque feroz del
mundo del Capital, y en medio de nuestras contradicciones, desilusiones,
satisfacciones, convicciones, esperanzas, fuerza. Nosotrxs tenemos el deber de
construir poder de base para gobernar. Quizás falta todavía mucho esfuerzo mas.
Y obstáculos a vencer. Y frustraciones. Y victorias también.
El día después, mañana y pasado mañana, y quizás siempre, continuar la
lucha por adecentar lo que se ha desadecentado, avanzar en aquello que parece
estancado, corregir lo que no se ha corregido. Pero también valorar lo que se
ha realizado. Desde los micropoderes y aveces en tensión con los macropoderes.
La organización popular puede y debe. Debe lograr es poder al que llama Chavez:
“poder hacer”. Implica muchas “Rs”. E implica no retroceder en lo avanzado.
Hacia adelante queda mas cerca que hacia atrás.
Liliane Blaser Aza
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