DE JÓVENES CHAVISTAS, SÍMBOLOS Y NACHOS




Venezuela atraviesa un momento extremadamente difícil, que nos convoca a sentipensar y actuar en consecuencia. Mientras más nos damos cuenta de eso, mayor tiene que ser el compromiso que nos motiva a transformar esa realidad y luchar por esa razón.

Justamente en el Día de la Juventud, el cantante Nacho, radicado en Miami, dio un discurso en la Asamblea Nacional como representante juvenil. Eso nos hace preguntarnos por qué lo llevaron a él para dirigir unas palabras a sus jóvenes. Si la idea fuese hablar a partir de lo que la juventud está viviendo actualmente, el invitado debería ser alguien que no estuviera influenciado de manera tan profunda por los dólares: él no es una referencia de alguien que pase por las penurias tan crudamente como cualquier joven venezolano a diario.

No tenemos nada personal contra Nacho. Pero ¿Qué simboliza él en ese contexto? ¿Qué ideal de juventud y cuál proyecto de país?

Es evidente que la referencia que tenemos de bienestar es poder viajar y gastar y gastar, querer vivir en un país que no hemos construido. La lógica rentista nos remite a usar el dinero proveniente del petróleo, a importar más de lo que producimos, a que lo que se gasta en el país no tenga una necesaria relación con lo que se gana, o a que produzcamos para la industria cultural y aprendamos a admirar el estilo de vida representado por los artistas comerciales de Miami.

Podemos pensar en el "mayamerismo" como una enfermedad que afectó profundamente y sigue afectando a la clase media venezolana. No sólo a ellos, porque unos cuantos que han llegado al poder también se han dejado enviciar por eso. Miami es el "american dream" del culto al consumismo, de la colonialidad de nuestros deseos, como decía Aníbal Quijano; tal vez es aquella "ciudad de plástico, de esas que no quiero ver/de edificios cancerosos y un corazón de oropel/donde en vez de un sol amanece un dólar/donde nadie ríe, donde nadie llora/con gente de rostros de poliéster/que escuchan sin oír y miran sin ver/gente que vendió por comodidad/su razón de ser y su libertad" (como dijo Rubén Blades en sus buenos tiempos).
Conocemos a personas cercanas que fueron allá y hoy están corroídos por el resentimiento de no poder volver y de sentir que pueden volver a "caer en el abismo de la pobreza y miseria" del cual salieron sus padres.

Es simbólico que se haya elegido a Nacho, un símbolo del mayamerismo, como representante de la juventud venezolana en el día de la Batalla de La Victoria. Y en el día lamentable de "La Salida". El mensaje es claro: dedíquense al dinero individualmente, independientemente de los valores que transmitan. Ganen plata y vendan por comodidad su razón de ser y su libertad. Si después sale el lado asesino a reivindicar el “Mayami nuestro” a través de guarimbas u otras formas de violencia, cierren los ojos de forma cómplice. Sueñen con el consumismo sin pensar críticamente en el modelo que lo genera para unos pocos, de forma cada vez más desigual.

Claro que Nacho no dijo todo esto. Es un joven haciendo plata y viviendo su vida. Procuró ayudar al país con su discurso y es tan venezolano como cualquiera. Como quien añora Miami. O quien nunca pensó en ir. Como quien vive afuera. O quien no nació en nuestro país, pero trabaja por él. La pregunta es: ¿qué tenemos por principio?
La juventud venezolana y la juventud mundial tienen un reto extremadamente duro. Dejar atrás viejos vicios que aunque pareciera que en algún momento los superamos vuelven a surgir y son aún más difíciles de sortear. Abrir espacios para darle frescura juvenil a nuestra Revolución. Pero al mismo tiempo, la juventud chavista tiene una dirección hacia donde ir en su lucha de todos los días: el mundo pluripolar, la integración latinoamericana, todo el poder para el pueblo, el Estado Comunal, comuna o nada.
Tenemos los principios. Duro es rehacerlos en lo concreto de forma coherente y rectificar todo lo que sea necesario. Sólo que no tenemos otra realidad. Nos tocó vivir ésta y es la que debemos superar juntos con mucho trabajo, con esperanza, aunque cada mañana nos confrontemos entre seguir luchando o rendirnos por lo empinado que es el camino a enfrentar. Es difícil. Pero no es imposible.

La crisis nos convoca a recordar a José Félix Ribas y su ejército de soldados, jóvenes y sin preparación para la lucha, que lograron vencer a Boves y los realistas a pesar de que éstos los quintuplicaban en número y experiencia. La consigna fue clara en ese momento y lo es ahora. No podemos optar entre vencer o morir: necesario es vencer.

El reflejo genuino de la relevancia del Legado de Chávez brota de esta juventud que enfrenta con valentía y responsabilidad el compromiso de levantar en hombros el Proyecto Bolivariano, entendiendo que no somos una especie de legión santa de salvadores, sino que asumiendo nuestras limitaciones y errores nos arrojamos juntos todos los días a una persistente y dura lucha por cambiar el paradigma que rige en esta sociedad de consumo e individualismo.

Freddy Ramírez – patriaurgente.com 
Alejandra León – Psicóloga Social

Comentarios

  1. Esto tiene publicado 7 meses y no tiene comentarios. Se han preguntado por qué?... porque a la gente no les interesa oír más de lo mismo. Ustedes están justificando un proceso fracasado, y es hora de ponerse al lado de la mayoría.

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