LA GUERRA ECONÓMICA Y LA GUERRA PSICOLÓGICA: DOS BRAZOS DEL ATAQUE IMPERIAL
La guerra económica nos ataca
ya desde hace varios años, ha venido manifestándose desde diferentes aspectos y
agudizándose en los últimos meses, cada vez con mayor ferocidad, ¿Por qué
hablamos de guerra económica y no de problemas financieros o económicos
propiamente dichos?, ¿Por qué nos afecta?, ¿Cuál ha sido la actitud del pueblo
venezolano y porque? ¿Hacia dónde vamos? Son algunas de las interrogantes que
queremos desarrollar.
La
guerra psicológica ha estado presente desde hace años y ha venido
incrementándose con mayor intensidad en momentos puntuales, en épocas
electorales, en arremetidas económicas, con la enfermedad del Comandante y
luego con su siembra, en las redes sociales y los medios masivos de
comunicación, ha estado presente desde que llegó la revolución bolivariana
Son
guerras, diferentes a la que tenemos en nuestras representaciones sociales, en
los imaginarios, asociamos la guerra con
armas, conflictos bélicos, enfrentamientos armados, con muerte, con sangre… así
es que desestimamos las diferentes formas de ataque, de acciones que nos
llevan a otras formas de sometimiento, por supuesto esas “armas” son
desechadas en nuestras representaciones y no siempre comprendemos el concepto
de otras guerras y de otro tipo de ataques.
“La
guerra armada es la forma de
conflicto socio-político más grave entre dos o más grupos humanos y supone el
enfrentamiento organizado de grupos humanos armados, con el propósito de
controlar recursos naturales o humanos, o el desarme, o para imponer algún tipo
de ideología o religión, sometimiento y, en su caso, destrucción del enemigo”.
Para Sun Tzu: la guerra es el dominio de la vida o
de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio. Dice
además: “Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño. El supremo Arte de la
Guerra es someter al enemigo sin luchar.”
Por supuesto que bajo estos conceptos, la guerra
psicológica es lo más efectivo que se puede llevar a cabo. Actualmente el uso
de la guerra económica y psicológica pretende someternos sin luchar de la forma
tradicional, desmovilizarnos, paralizarnos, desanimarnos, cansarnos,
decepcionarnos y en última instancia confrontarnos entre hermanos.
Hablamos de Guerra Económica porque no es el resultado de las fuerzas independientes de
los mercados, ni de los desequilibrios macroeconómicos, mucho menos de las
políticas económicas y sociales enmarcadas en el modelo socialista. Su objetivo
principal, y en primera instancia, es la desestabilización económica, social,
política y psicológica., el objetivo y origen de la guerra económica es
político, destinadas a
afectar de manera desfavorable el desempeño de una economía nacional
Los sectores económicos
golpistas están actuando y tratando de influir tanto la oferta como la demanda
de los bienes, especialmente los de primera necesidad. ¿Cómo lo hacen? Por una
parte, reducen la oferta de bienes en estos mercados, y por
la otra, y al mismo tiempo expanden la demanda de estos bienes. La contracción
de la oferta aunada a la expansión de la demanda, según la teoría económica,
genera una situación de escasez, propiciando las colas, el mercado paralelo, el
alza de los precios y la pérdida del poder adquisitivo, acompañado de molestias
y angustias por parte de la población.
La guerra psicológica a
través de rumores, redes sociales, medios de comunicación y partiendo de esa
realidad en los anaqueles, actúa produciendo emociones y conductas basadas en
emociones negativas de alta intensidad, y reacciones no racionales frente a la
situación de desabastecimiento. Al mismo tiempo afectan nuestra idiosincrasia,
estilo de vida y lo más importante la cotidianidad que nos da estabilidad,
confianza, seguridad. Cada uno de los productos que falta ha sido
estudiado meticulosamente, son aquellos que más usamos, que forman parte de
nuestro día a día, de nuestras costumbres y nuestra identidad.
El no tenerlos hace que nuestra rutina cambie y esa
alteración de la cotidianidad, nos desequilibra, nos afecta de inmediato, pero
además no siempre los obtenemos o debemos hacer colas durante más tiempo del
acostumbrado, en ocasiones en condiciones de maltrato, mucho sol o agua, mucho
tiempo, escuchando diversos comentarios que afectan la acción de buscar un
producto.
Los efectos psicológicos directos se pueden traducir en la presencia de
un conjunto de emociones negativas que afectan el equilibrio emocional y la paz
interior, tales como intranquilidad, nerviosismo, angustia, incertidumbre,
miedo, impaciencia. La realidad virtual hace que la realidad que se vive se
desdibuje y generen dudas, la incertidumbre vuelve a ser la sensación más
presente. Cuando hablamos de realidad virtual significa que no siempre lo que
se ve en los medios es lo que ocurre en casa, por ejemplo, la guerra psicológica
plantea que viene o hay hambre y los anaqueles vacios se relacionan con ese
concepto, sin embargo en casa tienes productos que te permiten comer, quizás con
incomodidad o con cosas que no
necesariamente consumes regularmente
pero logras satisfacer las comidas diarias y además logras tenerlas
balanceadas. Sin embargo los anaqueles vacios te refuerza la idea que
verdaderamente no hay nada.
La fractura de lo cotidiano, la
incertidumbre, la guerra psicológica que acentúa el desánimo, la desesperanza,
la sensación de soledad afecta, la construcción colectiva, se refuerzan
valores como el egoísmo, el individualismo, la intolerancia… todos forman
parte del caldo de cultivo para alterar el orden social y político.
Los
productos de limpieza e higiene personal son elaborados y distribuidos por
grandes transnacionales. Su disminución hace que escaseen a nivel nacional y
los alimentos que faltan son aquellos no perecederos como el azúcar, el arroz,
la harina de maíz, café, donde también hacen el juego las cadenas de
transporte, es decir, está pensado para que los dueños de los medios de
producción no pierdan, razón de ello es que no vemos el cierre masivo de
empresas ni despidos masivos, ni escasez en los restaurantes o comercios, solo
en nuestras viviendas. A pesar de estas arremetidas el pueblo venezolano
resiste, y con paciencia, hasta con buen humor ha aguantado los ataques
permanentes, con el cansancio a cuestas y todas las emociones que suben y bajan
de acuerdo con las realidades de cada quien.
Ante
esa conducta digna y en momentos heroica, el Imperio nos amenaza, es el eslabón
que faltaba, incrementando el miedo, la tristeza, angustia y rabia en miles de venezolanos y venezolanas, nosotros
los habitantes de este país debemos ser ahora objeto de estudio, porque aun con
este panorama no han podido con nosotros, enseñanza del Comandante Supremo y
herencia bolivariana.
¡¡¡¡No
pasarán!!!
MG. Ovilia Suárez
Psicología del Desarrollo Humano
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