¿APROVECHAR O DISFRUTAR?
Pues sí, seguimos en cuarentena y pareciera que los días transcurren sin
una clara definición del termino de esta forma de vivir. Llegó inadvertida, sin
permitirnos tomar previsiones, precauciones, ni mucho menos reorientar nuestras
actividades habituales o los proyectos por iniciar y, probablemente, con una
incertidumbre latente por saber cómo será nuestra vida después de la
cuarentena. Se acumulan preguntas e inquietudes acompañadas de confusiones,
ansiedades, y una sensación de inseguridad que puede llegar a desestabilizar el
"equilibrio" y el control alcanzado sobre lo que creíamos tener en su
lugar.
La experiencia de organización del modo de vida es un asunto particular
y social, ninguna experiencia es igual a otra, cada núcleo de relaciones
humanas, la familia, la pareja, nuestros vínculos sociales con amigos y
compañeros de trabajo, hasta nuestras responsabilidades, son espacios de
relaciones que dependen de cómo cada quien construya su mundo real y de cómo
los otros logran interpretarlo, adecuándose a esta forma de vivir. Algunos la
ven como el final de un proceso, el inicio de otro; otros la perciben de manera
apocalíptica, cargada de angustias y miedos, en ocasiones, irracionales. Y es
justo aquí, donde nos detenemos y nos preguntamos, qué hemos hecho durante la
cuarentena y cómo la hemos vivido.
En medio de esta reestructuración, mientras pensaba que lo importante
era aprovechar al máximo esta oportunidad para ordenar todo lo que, producto de
la cotidianidad antes de la pandemia, había quedado pendiente en casa, con la
familia, la pareja, amigos, me dedicaba con devoción a tales menesteres. Fue
entonces que entendía el gusto que representaban algunas tareas para mí, pero
veía como pasaba el tiempo y era necesario añadirle un ingrediente a esta
situación.
Conversando con Francisco, un amigo librero colombiano, me di cuenta que
el ingrediente necesario, sin dudas, era disfrutar lo realizado, comprender el
valor agregado implícito en cada una de las tareas emprendidas como parte de
esta forma de vivir. Sencillamente me dijo, "A veces aprovechar hacer
tantas cosas en el día, no quiere decir que lo disfrutamos. Y si es cierto que
no todos los momentos se disfrutan, hay que tratar de hacerlo en lo
posible". Ante esta aseveración, creo que es importante preguntarnos qué
es disfrutar y cómo lo estamos logrando en este momento de nuestras vidas.
Disfrutar tiene una serie de sinónimos vinculados al goce, al bienestar,
a la alegría, pero aun así cada persona le otorga el significado y el valor que
cree debe tener la acción de disfrutar. En el contexto de la situación actual,
esperamos controlar todo lo que hacemos mediante agendas diarias de trabajo,
cumplimos con las responsabilidades y siempre queda tiempo para otras
actividades adicionales que, probablemente, no las teníamos contempladas en la
organización del día. Es un asunto de flexibilización de las rutinas, sin
dudas. Lo que si no podemos flexibilizar por iniciativa propia, es la continuidad
de la cuarentena.
Organizar nuestras cotidianidades demuestra cómo podemos aprovechar el
tiempo de manera productiva, los logros obtenidos con los aprendizajes
escolares de quienes van a la escuela o a la universidad, con el teletrabajo,
en el mantenimiento funcional del hogar, entre otras situaciones que nos hacen
sentir eficientes y productivos en casa. Cuando además de hacer lo debidamente
necesario, percibimos los avances de la familia, cambios importantes en los
comportamientos de nuestros seres queridos, escuchamos con más atención a los
amigos, vemos la responsabilidad laboral desde otra perspectiva, estamos en la
frontera entre aprovechar y disfrutar la cuarentena.
Disfrutar es un sinónimo de querer lo que se hace, se trata del placer y
el bienestar que nos genera cada cosa que hacemos, con quien lo hacemos y cómo
lo hacemos. Disfrutar es aprender de cada reto diario por muy mínimo que
parezca o insignificante por común y repetido, como cocinar, limpiar, ordenar. También,
es reconocer a las otras personas como parte de ese gran equipo de trabajo que
nos ayuda a mantener el día a día de manera gratificante y agradable. Disfrutar
es lo mismo que gozar de todo lo que podemos hacer cada día, nos ayuda a saber
cuáles son las actividades que nos hacen sentir mejor y las que nos hacen
sentir incomodos, y en relación a estas, cuando buscamos el pleno disfrute,
sabemos cómo ambientar los momentos para que lo más difícil o pesado, se
convierta en un aprendizaje y no en una carga.
Lo más importante entre aprovechar o disfrutar la cuarentena es la serie
de aprendizajes que cada día vamos obteniendo sobre nuestras habilidades,
destrezas y competencias, pero también, la red de relaciones humanas que nos
sirven de soporte para avanzar cada día con el mejor de los ánimos y la
disposición de saber que las adversidades y las dificultades se vencen con
amor, creatividad y cooperación. Hoy más que nunca debemos ser una sociedad más
unida, fuerte, próspera y orientada a la consolidación de los afectos y los
vínculos, tan necesarios para frenar las cadenas de contagios en esta pandemia,
y sumamente importantes para agitar con fuerza nuestras esperanzas, ilusiones y
proyectos por un territorio sano, por un mundo libre de amenazas y repleto de
oportunidades para el buen vivir. Probablemente, estemos en el momento oportuno
de convertir nuestro mundo un lugar donde quepan otros mundos posibles.
Dr.
César Pérez Jiménez
Psicólogo
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