EL MIEDO ANTE LA PANDEMIA: no permitamos que nos domine
Situaciones como la que
estamos viviendo pueden causarnos mucho miedo ya que está amenazada la salud y
la vida misma, tanto la nuestra como la de nuestros seres queridos. En ese
sentido, el miedo tiene una causa real y
objetiva por lo cual nos resulta útil en la medida que nos provee un estado
de alerta que nos lleva a mantener máxima atención y a movilizarnos para actuar
en consecuencia. Es la parte positiva
del miedo que, dentro de los límites adecuados, nos mantendrá en ese estado
de alerta absolutamente necesario en este contexto.
Sin embargo, debemos estar muy atentos para controlar el
miedo ya que éste puede progresar y “salirse de su cauce” normal, lo cual
nos conduce a sentir angustia, ansiedad, zozobra e incertidumbre. Cuando esto sucede,
los pensamientos y los sentimientos se desplazan de las causas objetivas y
reales del miedo hacia situaciones negativas imaginadas, que “podrían ocurrir” pero que de hecho no han ocurrido y, si
tomamos todas las previsiones, lo más probable es que no ocurran. Algo de esto
siempre nos puede suceder pero, repito, cuando “le damos rienda suelta” a
nuestros miedos, los pensamientos y los sentimientos negativos también “se
desbocan” y nos generan un estado de ansiedad permanente.
Ese estado emocional resulta
sumamente aversivo y desagradable y es muy difícil de mantener durante mucho
tiempo. Pero, además, este tipo de emocionalidad rompe ese con la posibilidad
de mantenernos atentos y concentrados en torno a la situación ya que en lugar
de la razón, es la emoción la que dirige nuestra conducta. Es por eso que debemos hacer un gran esfuerzo
para mantener el autocontrol y utilizar
la razón para entender cabalmente lo que estamos viviendo y así canalizar
nuestros temores de la forma más adecuada.
Para ello, debemos aceptar
de forma racional y consciente la realidad que estamos viviendo. Esto es algo
muy serio que está afectando al mundo entero y debemos asumirlo. No podemos evitarlo ni eludirlo, aunque
nos genere miedo y nos interrumpa y afecte toda nuestra vida cotidiana. Pero
podemos enfrentarlo y manejarlo y para
ello debemos prestar la máxima atención a las autoridades gubernamentales que
son las encargadas de conducir todas las políticas sanitarias necesarias para
detener la cadena de contagio y tratar a quienes hayan contraído el virus. Es
necesario que asumamos una actitud de alta responsabilidad tanto en el
cumplimiento de las indicaciones higiénicas como en relación con la cuarentena
que debemos cumplir.
En ese sentido, es muy
importante que tengamos una actitud altamente racional y crítica ante la
información que circula por los medios y, muy especialmente, por las redes
digitales. Desechemos toda la información
que no nos es útil para el momento que vivimos, especialmente aquella que
tiene una evidente intención manipuladora y “sensacionalista”. Todo ello no
hará sino atizar la parte negativa del miedo y estimulará así la ansiedad y la
incertidumbre. Tampoco es recomendable que estemos permanentemente conectados a
las redes y al teléfono exponiéndonos en forma casi frenética a un verdadero
“alud informativo” que no es posible procesar ni asimilar. Esto también nos
estimula la ansiedad y la incertidumbre.
Hagamos un gran esfuerzo
para mantener una convivencia familiar que nos permita sobrellevar esta
situación de cuarentena de la manera más adecuada. Mantengamos horarios y
rutinas en la medida de lo posible; apelemos a formas creativas de
entretenimiento, como juegos de mesa, uso creativo de internet y de las redes,
veamos películas que nos entretengan sanamente y, muy especialmente, tengamos mucha paciencia y confianza absoluta
en que si hacemos lo que tenemos que hacer, esta pandemia pasará y la podremos
superar entre todas y todos.
Fernando Giuliani
Psicólogo Social
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