ACERCA DE LA VUELTA DE DIRECTV

Pues bien, DirecTV volvió en unas circunstancias extrañas y sorpresivas.

Significó la alegría para muchos que veían en los enlatados gringos la posibilidad de agotar algo del tiempo de sobra que tenemos en esta cuarentena.

Es importante referir que la suspensión de DirecTV generó mucha angustia en un importante sector de la población  y  a mi manera de ver, tuvo la intencionalidad expresa de generar ansiedad para tratar de hacer quebrar los controles psicológicos de la población. Los otros elementos ansiógenos que se suman a la suspensión de DirecTV son: la escasez de gasolina, la misma cuarentena, el temor al contagio y/o muerte por Covid, la inflación desatada, el derrame de petróleo en falcón, etc.

En este sentido, no me queda la menor duda de que esta suspensión arbitraria de ese servicio de televisión satelital, tenía como objetivo ser el detonante para una explosión social con la ya consabida meta de la Derecha extremista de derrocar a Maduro. Este es otro invento marca Acme que no le funciona al Coyote hambriento de EEUU y de la Oposición Fascista de este país.

Sin embargo, algunos elementos merecen análisis:

El argumento principal de DirecTV  era que no podía prestar el servicio en Venezuela sin entrar en contradicción con las sanciones de los EEUU y principalmente por estar los canales Globovisión y Pdvsa TV en la lista de sancionados.

Pero, la programación que hasta el momento se proyecta en las pantallas incluye solamente 4 canales nacionales además de Telesur y 98 canales extranjeros.

Sin el Directv los venezolanos fuimos explorando otras alternativas más enriquecedoras para el entretenimiento; surgió la fiebre de las “Series” por Nexflit, y también series gratis por internet y se generaban interesantes discusiones acerca de la  posibilidad de los viajes en el tiempo a partir de  “Dark” o lo apegado que estaba “Vikingos” a la historia.  Al margen de  eso algunos  exploramos la lectura en familia, o el desarrollo de hobies, y cuando se trataba de ver televisión conocimos a Tves, que podía pasar viejos enlatados gringos o series muy atrayentes y que daban una visión distinta de la historia como Ertogrul. Les juro que  casi que ya no me causaba tanto rechazo el estilo cursi de  recitar de Winston Vallenilla, hasta recordaba con cariño a mi padrino borracho en los diciembres de los años 60 y se puso de moda Luis Edgardo Ramirez. Pero también estaba Vale Tv, con su programación cultural, que aunque de derecha, no dejaba de ser interesante.

Lo cierto es que nos estábamos a acostumbrando a ver televisión solo por señal abierta, donde por cierto, la revolución tiene bastante presencia.

La llegada de la televisión satelital nos pone en desventaja otra vez.

No solamente quedamos en desventaja sino que además, olímpicamente vuelan de un plumazo una gran cantidad de canales venezolanos, y si la debacle de DirecTv era que estaba obligada por ley  a pasar todos los canales venezolanos, esta nueva operadora se borra de un tirón Globovisión, VIVE Tv, Fanb Tv, Meridiano Tv, Canal i y no recuerdo cuántos más.

Esperemos que la parrilla que estamos viendo sea solamente por lo  del periodo de prueba, porque si no es así, estaría sentando un precedente muy negativo.

Por otra parte, estamos perdiendo una oportunidad irrepetible para deslastrarnos de hábitos terriblemente alienantes como la Televisión.  De una vez retomamos las series policiales y las telenovelas, justo donde las dejamos. Las conductas adictivas cuando se retoman lo hacen con la frecuencia en donde las dejamos. Es decir, si yo me fumo una caja diaria de cigarrillos y dejo de fumar por diez años, si recaigo, reinicio el vicio desde una caja diaria. Lo que me hace pensar que si podremos vencer el bloqueo económico y ser de nuevo  un país próspero, lo primero que vamos a hacer es retomar el pérfido hábito de almorzar tomado Pepsi Cola.

Esto es una muestra de lo que puede pasar si no creamos conciencia en los venezolanos de que estamos luchando contra hábitos alienantes, y que esos hábitos los llevamos inscritos muy profundamente en la psiquis colectiva y que esta es una oportunidad de oro para instaurar nuevos y enriquecedores hábitos.

 José Garcés