LA VENEZUELA DE PAZ
Este año 2017 en este país han pasado muchas
cosas que aun no digerimos. Desde el mes de abril la derecha venezolana llamó a
la violencia, llamó a trancar avenidas, calles, casas, llamó a trancar a todo
el país, también convocó a paros (ninguno se efectuó, por cierto), marchas y
después de casi cuatro meses de un sin sentido, los saldos son incontables. Podemos nombrar algunos con datos más o menos
aproximados. En estos 120 días de violencia, 130 muertos; por primera vez en
este país se quemaron personas vivas, 29 personas quemadas, 23 de ellas
quemadas intencionalmente y 9 de ellas murieron. Cientos de heridos, muchos
quedaron con discapacidad permanente como el guardia nacional a quien le quemaron
los ojos. En estos meses de violencia sangrienta se tumbaron 3000 árboles para trancar
calles, quemaron más de 500 autobuses que cubren rutas populares en todos los
estados y que son hechos en Venezuela,
tumbaron postes, destruyeron puentes que facilitan el tránsito en grandes
avenidas, quemaron negocios, quebraron negocios, amenazaron de muerte a miles
de personas que querían trabajar, estudiar o simplemente transitar, agredieron
hospitales, materno infantiles, profanaron tumbas para sacar los ataúdes y
colocarlos en medio de las vías, atacaron fuertes e instalaciones militares, quemaron
vehículos, profesionales que no pudieron atender a sus pacientes, clientes,
proyectos… los millones de bolívares, de dólares perdidos son incalculables, las personas afectadas son
millones.
Detrás de cada persona afectada hay una familia
afectada, las familias fracturadas, la convivencia comunitaria rota, vecinos
que se reconocen en acciones de agresión a vecinos, familias que se destruyen
en ideales, no tenemos idea de las consecuencias psicosociales en su justa
dimensión.
Podemos describir estos casi cuatro meses como
ciudades grises, con gente iracunda, miedo, horror, tristeza presentes, unas calles desoladas
llenas de basura, pintas en las calles y aceras, la desolación, la fealdad, la
destrucción, el odio se soltó como nunca en Venezuela, la furia incontrolada,
jóvenes con símbolos y signos atemorizantes, trajes que emulaban guerras,
guerreros demoniacos, tenemos muchas
anécdotas, historias de antologías, historias que podrían ser de ficción pero
no lo son, las guarimbas de la muerte, las acciones de la guerra, muchas vergüenzas que contar de estos meses…
En medio de esto se convocó a la Asamblea
Nacional Constituyente y para asombro de casi todos, más de ocho millones de
personas salimos a votar, bajo amenazas de muerte, amenazas de ira, amenazas llenas de odio, de
frustración, con el dolor a cuestas, con el miedo salieron 8 millones de
personas a votar por la paz, la Venezuela Heroica la llamo Nicolás Maduro
cuando vimos pueblos enteros saliendo a votar en medio de paramilitares y de
los bárbaros marcando casas para luego
destruirlas, quizás con las familias dentro, se cruzaron ríos, montañas,
ciudades para gritar con el voto la convicción plena de querer un país en paz.
Y nadie de la oposición lo creía, nadie de los
miedosos, nadie de los que no tiene conciencia ni formación lo creían… la
Asamblea Nacional Constituyente se eligió y desde entonces se acabaron las
guarimbas de la muerte, la destrucción, la gente vuelve a su cotidianidad,
regresan las colas para comprar insumos, el tránsito aparece con sus filas de
carros…
Pero ¿y el daño ocurrido? Las familias que no
se hablan, los vecinos que te agredieron y que viven al lado, muchos no quieren
seguir viviendo donde lo hacían, las máscaras se cayeron y comenzamos a
reconocer las verdaderas caras de los vecinos, los amigos, primos, hermanos,
padres, hijos, maestros, médicos… esa humanidad tan inhumana que nos rodea y
que se oculta debajo de la alfombra y que al grito del odio salió a mostrarse
en su esplendor.
A la Comisión de la Verdad, la Justica, la Paz
y Tranquilidad le tocará ver todo, evaluar, investigar, mostrar, accionar y
reparar, reconciliar para tener la paz. La tarea más difícil, la reparación
psicosocial, ¿cuántos años nos llevará? ¿Será posible? ¿Podremos evitar que
hechos como éstos vuelvan a aparecer con sed de vidas y de destrucción sin
importar las consecuencias?
Esta Venezuela de las dificultades comienza una
tarea titánica, heroica, ciertamente, estoy segura que se caminará hacia la
paz, siempre, hacia el diálogo, hacia la reconciliación a través del amor pero será
en medio de las dificultades y el asedio permanente.
No nos perdonan que apostemos por un modelo de
país y de sociedad diferente, no nos perdonan que queramos ser libres de verdad
en medio de la multipolaridad, que nos enfrentemos al imperio.
Las operaciones psicológicas han mostrado sus
resultados, muchos datos, y miles de estudios se abren desde una psicología
también que nace sin que nos demos cuenta, una psicología latinoamericana y
caribeña, esa que partiendo de la realidad busca explicaciones y comprensiones,
esa que se erige para poder ser estudiada en otros países y reforzar las causas
de esta resistencia y para debilitar las causas de esta violencia que dolerá
por décadas.
Hoy la energía es otra, los intentos de
reconciliación, de reparación, los silencios están a la orden del día en la
privacidad de las familias y vecindarios, heridas que aun sangran y marcan
cicatrices imborrables. Nosotros tenemos la obligación histórica de contribuir
desde la psicología, ciencia de la humanidad, los elementos que nos permitan
aportar a la paz, a la reparación, a la justicia y al amor como principio de
construcción de esta sociedad que suplica otra forma de vivir.
Mg. Ovilia Suárez
Psicóloga del Desarrollo Humano
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