¿QUIÉN CONTROLA A QUIÉN?
En este
momento de Guerra No Convencional, que algunxs piensan que es sólo un
enfrentamiento político por el dominio de la economía, en la que estamos
inmersxs en mi Patria, reflexiono sobre algunas de nuestras características
como sociedad venezolana-rentista-petrolera, desde la perspectiva de muchas y
muchos amigos e incluso hermanas y hermanos de la vida.
Una de ellas
es lo que considero como una baja capacidad para reflexionar, criticar y
reconocer nuestras propias acciones, ideas y emociones. Capacidad que disminuye
sustancialmente cuando hablamos de atribución de responsabilidad.
Me refiero a
lo que desde el campo de la psicología cognitiva se conoce como Locus de
Control, interno o externo. Lo que desde la filosofía existencialista refiere
al Ser o Estar en el Mundo. Lo que la Teoría Marxista llama Conciencia de
Clase, en sí o para sí.
Esta
reflexión la aterrizo en una anécdota concreta.
Ante la
codicia inducida por un sistema del "compre barato venda caro",
rentismo y lucro; en el que también interviene la deshumanización del ser
humano y la banalización de sus necesidades, el proponer hacer Boicot a los
comerciantes, como lo hizo la compañera Indira Carpio iniciando este agosto de
2016, generó como respuesta de un camarada que "el Gobierno y sus entes
deben asumir su papel de controlar/regular/velar por el beneficio de sus
ciudadanos".
Pero no sólo
este camarada, ante esta situación un joven de 20 años plantea la necesidad de
ser "más duros y fuertes", "quitarle el negocio a esos
ladrones", "meterlos preso" y una abuela de 84 años,
completamente opositora, le parece que este gobierno revolucionario no sabe
gobernar "porque le ha faltado mano dura con los comerciantes"
¿Qué
significa esto?
Se que no es
el momento más sencillo por el que muchos y muchas estemos pasando, sobretodo,
por los terribles errores cometidos, en particular hablando de guerra y
actuando como en paz. Pero surge la pregunta ¿y el principio del protagonismo
constitucional? ¿Y la responsabilidad que cada uno tiene en las compras
nerviosas, los sobreprecios? ¿Y a cuántos especuladores, revendedores
(bachaqueros) y comerciantes ignorantes hemos denunciado? ¿y qué presión social
hemos generado?
Estas
interrogantes me llevan a pensar en principio sobre dos elementos para tratar
de enfrentar psicológicamente esta guerra, como ciudadanxs y seres humanos:
1) Optar
entre colocar el control de nuestras vidas en las otras y los otros, incluyendo
la propaganda, la publicidad, las redes y todo los medios que tratan de
"controlarnos" induciendo motivos, necesidades y emociones o
colocamos el control en nosotrxs, haciendo un verdadero balance sobre lo
ciertamente necesario, sobre nuestra vida y nuestra aspiración para sincerarla
con la circunstancia, buscando información y atribuir las responsabilidades
donde deben estar, incluso cuestionarnos constantemente nuestras actuaciones y
certezas; y
2) Optar
entre sentir miedo del otro/otra, la angustia y la rabia, para pagarla con el
más débil, la frustración por "no tener" o "no dar" y
vincularnos desde la virtualidad o sentir al otro/otra desde la empatía,
compartiendo alternativas, intercambiando ideas y realizando soluciones,
vinculándonos con las otras y otros desde otras perspectivas.
Pareciera
que lo único que nos queda como sociedad es empoderarnos como pueblo
trabajador, actuando, revisando, evaluando para volver a actuar en colectivo,
apartando con firmeza nuestras/nuestros propios obstáculos.
Isaly Matheus Spíndola
@isalivm
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