EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN VENEZUELA ES DEL PUEBLO.
Durante una ponencia titulada 'La
Dialéctica y el Comunismo en Marx1' el filósofo
postmarxista Toni Negri cerró ese primer encuentro diciendo que «el socialismo
ya no alcanza más», afirmación que proponía luego de una serie de preguntas que
nacían de inquietudes generadas por las dos horas de clase magistral que había
dado. La frase, en el contexto, da para pensar en la propulsión, en el embiste
próximo, en la necesidad de seguir atravesando este marco teórico-práctico que
es la propuesta socialista hacia la propuesta del comunismo. Es decir, se
plantea que una vez alcanzado un punto de entendimiento común sobre la
propuesta que se viene trabajando, podemos seguir avanzando hacia nuevos
parámetros, hacia nuevas rutas.
Es en esta interpretación de la
frase sobre la cual quiero hacer una observación, porque la adulteración de
ideas, la tergiversación de lo que se dice ha sido el recurso primordial de los
medios de comunicación burgueses, de los opinadores de prensa y de radio que no
apoyan el socialismo, y que además sueñan con descontextualizar cualquier
posible autocrítica revolucionaria desde esa usual postura destructiva,
nihilista, de las subjetividades fomentadas en el neoliberalismo. Ya me imagino
en primera plana un titular que pudiera decir “El famoso filósofo postmarxista
Toni Negri dijo que el socialismo ya no alcanza más” y el texto a ese titular
buscaría manipular la frase diciendo que incluso un pensador de izquierda está
de acuerdo en que el socialismo no es el camino, y cualquier idea que apoye sus
enmascarados ideales neoliberales. Son falacias, simples mentiras, engaños de
una percepción que busca amoldar los hechos de la realidad a sus deseos, que
les son ajenos a ellos mismos en muchos casos. Recuerdo cuando Óscar Yanes
entrevistó al Comandante Chávez en la Silla Roja y Yanes no entendía por qué el
4 de febrero del 92' había nacido como producto del Caracazo, y decía «eso no
tiene nada que ver, son dos cosas distintas».
Podríamos pensar que es
desconocimiento de los procesos históricos del país, pero siendo el periodista
que era esa hipótesis queda descartada; eso no es ignorancia, ni ingenuidad,
eso es la falsa conciencia burguesa como conductora de maneras de pensar,
apropiada de mentalidades que por apoyar la clase dominante que destruye el
mundo, que por no ser de la cadena, entonces necesitan no entender la conexión
que hay entre el daño que le hacen a las personas y la respuesta que las
personas dan a ese daño. Ya lo dice Lukács en Historia y Conciencia de Clase2,
por el año 1920:
«el encubrimiento de la esencia de la
sociedad burguesa es una necesidad vital para la burguesía. Pues cuando aumenta
la claridad al respecto se revelan las contradicciones internas insolubles de
ese orden social, y acaban por poner a sus partidarios ante el siguiente
dilema: o bien ocluirse conscientemente contra la creciente opresión, o bien
reprimir en sí mismos todos los instintos morales con objeto de poder defender
también moralmente el orden económico adecuado a sus intereses.» (pp. 168-169).
Esto es lo que vendría a ser (mi
interpretación de) la falsa conciencia, el encubrimiento de la esencia de la
sociedad que necesita la burguesía para vivir siendo burguesía. Y esto
condiciona una subjetividad que aborda el mundo seccionándolo en toda
oportunidad. Es entonces, cuando desesperados por apoyar su hipótesis de que
hay que volver al sistema tradicional imperante antes de 1999, que toman los
recientes artículos de Heinz Dieterich buscando un apoyo teórico del cual
carecen por falta de teorización propia. Empiezo por la absurda idea con la
cual suelen referirse desde los medios burgueses a la figura de Dieterich, lo
llaman “el padre del socialismo del siglo XXI” o también “Impulsor intelectual
del socialismo del siglo XXI”; título que al parecer Dieterich se ha creído,
con lo cual se hace más sencilla mi argumentación contra su figura porque en
esa misma idea que él se atribuye se devela en tiempos críticos un rostro de
derecha, siendo esta una de las razones por la cual la Revolución Bolivariana
ya se había deslindado de él y de sus propuestas teóricas.
Tenemos entonces unos medios de
comunicación burgueses que buscan un creador del socialismo del siglo XXI
porque no entienden nada, no entienden lo que está pasando en nuestros pueblos
(a todo lo largo de Nuestra Abya-Yala Caribe), y además se sienten afuera de
esto que está recorriendo mentes a las puertas de un nuevo siglo. Las
subjetividades están cambiando, pero hay que entender que así como uno siente
la necesidad visceral de hacer la revolución, hay personas que sienten esa
misma necesidad (pero de manera menos romántica por las diferencias
cualitativas de ambos procesos) de defender el sistema que no termina de morir.
Y en esa búsqueda dicen cualquier disparate, sin saber que quien está creando
el socialismo del siglo XXI en Venezuela es el Pueblo Revolucionario3,
que es tan grande que acepta toda contribución teórica que en algún momento
implique un aporte al proceso, pero que va más allá de cualquier intelectual
individual. Así, Dieterich dejó de ser funcional a la Revolución, y se escucha
luego al Comandante Chávez citando a István Mészáros4, entre muchos
otros, porque la realidad es cambiante y la teoría también.
Así, el señor Dieterich se
cristalizó en un lugar histórico del cual no ha sabido escapar, y el título más
grande que tiene como filósofo es el que ganó gracias a que el Proceso
Bolivariano lo incluyó en este proyecto, y ahora que ha quedado afuera, él
busca desesperadamente volver a tener cabida acá, celoso de no ser
imprescindible5. Y tan desesperado está, que no le importa si lo
escuchan solamente desde la derecha, él sólo quiere volver a tener sus minutos
de fama. Esta postura se vislumbra en su crítica a las medidas económicas que
ha tomado el Presidente Nicolás Maduro, es decir, Dieterich llega a defender
los intereses de la burguesía. Incluso sugiere que el Gobierno Bolivariano
debería dejar que se desatara un nuevo Caracazo y no realizar ningún tipo de
intervención, ni económica ni política. En este sentido Dieterich prácticamente
quiere que el Gobierno, que el Estado, se autosuprima y deje que el pueblo se
enfrente en la calle de manera directa contra la burguesía especuladora. No le
duda la mano al señor Dieterich para escribir y proponer que salga la gente a
la calle a ser carne de cañón de un desastre social, con un descontrol que lo
que terminaría buscando es el enfrentamiento en las calles o una intervención
extranjera. Y esto lo que haría sería invalidar al Gobierno Bolivariano como
Revolucionario, apoyado por la demanda de las mayorías, a diferencia del
Gobierno que había en 1989 con CAP, que no tenía en sus planes los intereses
del pueblo.
Señor Dieterich, las medidas económicas
no son un paño de agua tibia ante un futuro Caracazo, son la diferencia entre
un Gobierno neoliberal y un Gobierno Bolivariano: en el primero, la demanda del pueblo es omitida hasta que se
llega al enfrentamiento entre Gobierno y Pueblo; en el segundo caso, estas
demandas son escuchadas, porque lo que se tiene como proyecto es la unión entre Gobierno y Pueblo.
Eleazar Rodríguez
Lic. Psicología
O Ponencia del 04 de Noviembre de 2013 en la
Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires, Argentina. El primero de
cuatro encuentros.
1 Realizada el 12 de
Noviembre de 2013 en la Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires,
Argentina. Esta fue la primera clase de tres en cuentos.
2 Lukács, Georg. (2009/1968/1923) Historia y
Conciencia de Clase. Ediciones Razón y Revolución. Adquirido en Librerías del
Sur, enero 2013.
3En
esta noción del Pueblo Revolucionario incluyo a toda persona que se considere
parte de este proceso, a nivel nacional e internacional, y que haga su aporte.
4Acá
un video del Comandante Chávez citando a István Mészáros, en esa propuesta de
búsqueda de una nueva subjetividad, la Subjetividad Bolivariana podríamos
llamarle: http://www.youtube.com/watch?v=usQIXLFBzRo
5
Ya decía el Che Guevara «todos somos importantes pero ninguno es
imprescindible».
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