REFLEXIONES SOBRE EL PARO UNIVERSITARIO
Frente al
aumento sustancial logrado en las mesas de negociación, donde no solamente se
incrementó el sueldo, sino también aumentaron los beneficios socioeconómicos y
se reconoce a todos los actores de la universidad como una Comunidad de
trabajadores al servicio de la educación y del país (incluidos nosotros los
profesores y profesoras), el conflicto que sigue manteniendo la FAPUV es claramente
político.Un sector de los profesores universitarios intenta mantener una
situación conflictiva, arrastrando a los estudiantes que no están claros en su
protesta ni en el significado de las acciones que realizan para conseguir sus
reclamos. ¿Realmente luchar por un aumento en las becas requiere de una huelga
de hambre? ¿Han dejado de recibir educación de calidad porque el sueldo de los
profesores no es el adecuado? ¿La calidad de la educación depende de la
satisfacción de los profesores por su ingreso mensual o del compromiso del
profesor con su quehacer académico y con el país al tratarse de universidades
públicas?
Claro que hay
que luchar por mejoras salariales y por mejor presupuesto para las
universidades, pero no solamente bajo los parámetros que impone la FAPUV.
También hay que ver las cosas en su contexto. Sí, sería bien bueno que toda la
comunidad universitaria se informe y se dé cuenta cómo administran el
presupuesto de la educación pública las autoridades de sus respectivas
instituciones, sea cual sea éste. ¿Cuánto le asignan a cada cosa y quién decide
sobre eso? ¿Cuán equitativa y justa es esa distribución interna del
presupuesto? ¿Lucharían entonces académicos y estudiantes en sus respectivas
instituciones por un mejor manejo del presupuesto, tanto como lo hacen ahora en
contra del Gobierno?
¿Qué va a pasar
con las acciones de la FAPUV cuando se haga efectivo el aumento? ¿Qué va a
pasar con la huelga de hambre que mantienen los estudiantes, de la cual los
dirigentes de FAPUV son responsables? La FAPUV hace una mezcla de pura
oposición al Gobierno, revolviendo lo salarial con lo político, el aumento con
la autonomía, el presupuesto con las “amenazas” del pensamiento único, los
intereses de los profesores con las necesidades de los estudiantes, todo en un
mismo paquete, porque en realidad la intención de la lucha es netamente
política. Me pregunto si en las aulas y pasillos de las universidades, sobre
todo en las de larga data, se están practicando abiertamente los valores de
libertad, pluralismo y democracia que tanto dicen que están amenazados. ¿Se
puede opinar de manera diferente, abierta y libre sobre lo que piensa la FAPUV
en dichas universidades, en las aulas y asambleas, o más bien debido a la
intolerancia política está jugando su papel la autocensura de muchos profesores
y profesoras que piensan distinto? ¿De cuál pensamiento único se está hablando?
Algunos
profesores y profesoras pensamos que debe prevalecer la razón y la sensibilidad
social que caracteriza a la academia en la solución a los problemas de las
universidades y de los universitarios. Pienso que es necesario el debate
académico por mejorar la educación pública, el debate de ideas y de propuestas
para seguir formando a nuestro pueblo como el verdadero forjador y conductor
del cambio por un país más justo, equitativo e inclusivo. Allí la Universidad
tiene mucho que revisar, transformar y contribuir. Pero, no, mucho más
importante es estar prevenidos y mantener paralizadas las clases a nivel
nacional por la amenaza del pensamiento único y del totalitarismo que el
Gobierno pretende imponer. ¡Qué lógica tan contundente! ¿No es así Colette?
Berta Barrios
Profesora
universitaria
Universidad
Nacional Abierta
El que es un dogmático en su vida intelectual y recaba orgullosamente para sí el tener toda la razón, suele ser un fanático o un sectario en la actuación pública, donde no admite que otras personas o grupos puedan haber llegado a enfoques más ciertos o a soluciones mejor pensadas
ResponderBorrar"¿Cómo se puede deducir el dogmatismo y el sectarismo de una opinión sobre el conflicto universitario? Se exponen razones, opiniones, defensas bajo una postura específica. El calificar de sectarismo la opinión de no estar de acuerdo con el paro universitario que mantiene FAPUV es no mirar de ese lado la propia intransigencia que envuelve a sus planteamientos, algo así como normas de homologación o nada. El problema es que se ha mezclado lo reivindicativo con lo político, con intenciones que van más allá de conseguir mejoras salariales para los académicos".
BorrarLa lucha de FAPUV y sus Profesores, no es sólo por aspectos socioeconómicos, sino que estamos defendiendo una mejor educación y abogando por una universidad con plena autonomía, donde los profesores, empleados, obreros, profesionales y estudiantes contemos con mejores condiciones de trabajo y estudio, en materia de presupuesto, infraestructura, salarios y providencias..
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