LA FALTA DE MEDICAMENTOS Y LA ÉTICA




La situación económica que vive nuestro país es digna de estudios serios. En lugar de estar dando las mismas cátedras, los mismos temas y los mismos trabajos clásicos los estudiantes deberían estar en la calle haciendo trabajo de campo. Hemos visto de todo a raíz de la guerra política que se vive en Venezuela y donde sus brazos, económico y psicológico, juegan el papel preponderante. Nos hemos encontrado con serias dificultades para encontrar insumos diversos: alimentarios, de limpieza, higiene personal, repuestos de  electrodomésticos, automotores,  y medicamentos e insumos médicos.

No voy a hablar en esta ocasión sobre cómo es que nosotros ciudadanos de a pie no conseguimos lo que consumimos pero sí lo hay en locales comerciales, centros comerciales o en vendedores ambulantes a precios exorbitantes, o en la frontera.  No voy a referirme tampoco a las grandes cruzadas para conseguir un repuesto o un insumo de uso cotidiano, voy a referirme a  las medicinas y los insumos médicos, desde la visión de la ética, de la psicología y desde el socialismo.

Empecemos por recordar que la academia con el modelo médico establecido,  bajo el concepto de salud basado en la enfermedad,  la atención a la misma y los medicamentos como sanadores hacen un buen caldo de cultivo para que tengamos angustia justificada e indiscutible ante la falta de medicamentos. También recordemos que  nuestra cultura hace que busquemos medicamentos en las farmacias privadas y en muchas ocasiones auto medicarnos o mantener de forma prolongada tratamientos. Le entregamos a los medicamentos la potestad de curarnos (invisibilizar o disminuir  los síntomas de que algo pasa en el organismo cuya aparición es en forma de malestar). Esto solo para no entrar en la tentación que estas cosas no son necesariamente así y que el paradigma de la salud también puede ser diferente pero eso será objeto de otro debate.

Este preámbulo es para entender que la falta de un medicamento hace que la Angustia de Muerte se dispare, pues bien evaluemos. En un país puede faltar cualquier cosa pero las medicinas NO, porque en lo real,  un medicamento que regule la azúcar en la sangre, la tensión óptima arterial, controle el avance del cáncer, del VIH, inhiba la posibilidad de una convulsión, quite o disminuya un dolor, controle una depresión, detenga una infección o cualquier otro síntoma, se hace indispensables.  Al no conseguirlo, podemos considerarlo un crimen ante la humanidad. La angustia de una madre frente a la posibilidad de una convulsión  en un hijo y no tener el medicamento es algo verdaderamente aterrador, no tener el medicamento que hace que la tensión arterial este normal y pensar que sin él puede elevarse y originar un infarto, un Accidente Cerebro Vascular o la muerte es algo ciertamente terrible, así serán cada ejemplo y cada caso relacionado con nuestras experiencias personales y profesionales.

Ayer incautaron 12 toneladas de medicamentos e insumos médicos, muchas de las medicinas salen a otros países cuyo costo es mucho mayor al nuestro, yo emplazo a los lectores a revisar cuánto cuestan las medicinas en otros países y comparen con los de la Venezuela Bolivariana,  aquí son subsidiados , los dólares que se dan a los laboratorios son muy bajos, 1 dólar son 6, 50 bolívares ( desde ayer 17 de febrero, 10 Bolívares) y con eso se les dan millones de dólares para que produzcan medicamentos en los países donde se fabrican, y traigan y distribuyan aquellos que son esenciales para la población, para las enfermedades más comunes, más graves, de mayor incidencia en nuestro país. Ahora bien,  ¿Cómo se pueden utilizar los medicamentos e insumos médicos para fines políticos? Eso es un delito más grave que un homicidio.

Cuando estudiamos desarrollo moral y ética recordamos al famoso  Dilema de Heinz
¿Lo recuerdan?
Una mujer que padece un tipo especial de cáncer y va a morir pronto. Hay un medicamento que los médicos piensan que puede salvarla; es una forma de radio que un farmacéutico de la misma ciudad acaba de descubrir. La droga es cara, pero el farmacéutico está cobrando diez veces lo que le ha costado producirla. El compra el radio por $1000, y está cobrando $5.000 por una pequeña dosis del medicamento. El marido de la enferma, el señor Heinz, recurre a todo el mundo que conoce para pedir prestado el dinero, pero solo puede reunir $2500 (la mitad de lo cuesta). Le dice al farmacéutico que su esposa se está muriendo, y le pide que le venda el medicamento más barato o le deje pagar más tarde. El farmacéutico dice: "No, yo lo descubrí y tengo que ganar dinero con él". Heinz está desesperado y piensa atracar el establecimiento y robar la medicina para su mujer.(1)

Luego y partiendo de esto se hacen preguntas para evaluar el desarrollo moral. En la actualidad el dilema de Heinz, aun vigente,  toma otra dirección. Por cierto,  no es azaroso que se utilice un caso de salud en la evaluación del desarrollo Moral, es algo muy sensible.

En  América del Sur en esta época de cambios, el dilema de Heinz   se puede  transformar en el Dilema de Lula cuando en el año 2007 ante el avance e incontrolable del VIH- SIDA, Lula Da Silva, Presidente de la República Federativa del Brasil se salta la patente de los laboratorios y decide comprar medicamentos genéricos a un tercio de su costo en India y desechar a los grandes laboratorios , rompiendo con las leyes del capitalismo y del control de los medicamentos por las transnacionales imperiales pegadas a la meritocracia de  la investigación. El entonces Presidente Lula decide, pese a las amenazas mundiales, firmar el decreto que suspende la patente  de las trasnacionales y además establece una "licencia obligatoria", prevista por los acuerdos internacionales  que le permite al país importar o hasta fabricar un genérico.

En esa acción Merck (nuestro farmaceuta en el dilema de Heinz)  bajó 30% sus precios y aun así Lula sin doblegarse firmó el decreto, pues el Estado Brasilero no podía con los costos y exigía una reducción de por lo menos 60% del costo. El dilema de Lula (nuestro Heinz) lo coloca en el respeto de las normas internacionales para la compra y entrega de medicamentos cuyo descubrimiento nace en las fauces de los laboratorios o en aquellos que teniendo la formula no lo patentaron. Lula, decidió atacar la pertenencia de la fórmula y comienzan a comprar los medicamentos genéricos necesarios. Con eso 75.000 infectados recibirían medicamentos, por supuesto  la Federación Internacional de la Industria del Medicamento, que consideró que "no es una solución que mejore el acceso a las medicinas". La multinacional afectada, Merck Sharp&Dhome, protestó y llevo el caso a las últimas instancias mundiales, criticó la decisión de Lula y advirtió  de que no es la mejor manera de garantizar los intereses de pacientes brasileños y del resto del mundo,  muestró su disposición a "explorar un acuerdo mutuamente aceptable" que permita el acceso universal al tratamiento. Además, el laboratorio advierte de la imagen negativa que esta medida tendrá sobre otras empresas de investigación, ya que esta "expropiación de la propiedad intelectual" podría frenar su interés por la investigación de enfermedades que afectan a países en vías de desarrollo, lo que "potencialmente" daña a los pacientes que puedan necesitar terapias innovadoras. También señaló que "tendrá un impacto negativo en la reputación de Brasil como país industrializado que quiere atraer la inversión exterior" esto, por cierto no ocurrió. Los pueblos de América sin  saber a ciencia exacta cual es nuestro desarrollo moral aplaudimos a  Lula pues miles de familias se vieron favorecidas.
Para que tengamos una idea, la industria farmacéutica es la tercera empresa de distribución de riquezas del mundo, solo superada por la industria armamentista y la petrolera, Muevió entre 200.000 millones de dólares y  1.100 billones para el 2014, Por cada dólar invertido en la fabricación de un medicamento se obtienen  más de mil en el mercado que, además, es uno de los más monopolizados del planeta, ya que sólo 25 corporaciones copan el 50 por ciento del total de ventas. (2) Y por si fuera poco los grandes grupos farmacéuticos son también potencias de las industrias química, biotecnológica o agroquímica. También venden la materia prima para la fabricación de los medicamentos genéricos

En nuestro país, los laboratorios reciben divisas a la tasa de cambio fija de 6,3 bolívares (ahora 10bs)  por dólar para importar insumos y medicinas para enfermedades crónicas como el hipertiroidismo o la hipertensión. Para importar productos no prioritarios, la tasa variable va desde los 12 bolívares hasta los 199 por dólar.  Los grandes laboratorios son: Pfizer, Novartis , Sanofi-Aventis, Merck , GlaxoSmithKline , Roche , AstraZeneca, Johnson & Johnson, Abbott Laboratories, Lilly, Wyeth, Bayer, y Glaxo,  responsables de producir y distribuir el 90% de los medicamentos que consumimos, grandes transnacionales.

En medio de la guerra económica y psicológica el dilema debería hacerse sobre estas industrias y los vendedores ambulantes, no sobre los que en el día a día hacemos magia para conseguir los medicamentos que alivien la angustia, eviten embarazos, eliminen dolores, o síntomas de muerte, en algunos casos que hasta puedan salvar una vida.
Insisto la falta de medicamentos e insumos médicos no se justifica por ningún motivo ni económico, ni por dólares, y mucho menos por razones  éticas, sin embargo no los conseguimos pero sí se incautan y sí los venden “los bachaqueros”. Todo el peso de la ley es poco para quienes trafican con la paz y la vida humana principalmente después de los esfuerzos extraordinarios que ha hecho el Gobierno Bolivariano para garantizarlos.

Podríamos hacer una investigación con el dilema de Heinz  a “los bachaqueros” que roban con el precio de los medicamentos e insumos médicos y creo que  tendríamos claro que el problema del desarrollo moral en tiempos de guerra económica es más serio y grave de lo que imaginamos. Buen proyecto de investigación acción,  por cierto
Mg. Ovilia Suárez

             1. Kohlberg, L. (1994) La educación moral
                 2. Machado, C. (2007)  La mafia farmacéutica. Peor el remedio que la enfermedad. en:      http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Salud

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