LA CORRUPCIÓN. UNA VISIÓN PSICOSOCIAL.



Son múltiples las opciones para abordar el tema de la corrupción por tratarse de un fenómeno complejo. A continuación en el presente documento se señalan algunos aspectos y reflexiones que intentan abordar la complicada tarea de definir que es la corrupción en general y en particular para los venezolanos en atención al apoyo al Presidente Nicolás Maduro y a la coyuntura política que se transita.

Es Frecuente que la corrupción se percibida como algo que afecta al mundo, a la economía, a lo político y cuando escuchamos hablar de esta palabra generalmente está asociada al ámbito político pero ¿Qué pasa con las personas? ¿Qué es la corrupción? ¿Es solamente el delito tipificado como tal por las leyes penales de cada sistema político o hay que dar una definición más amplia, basada en una observación más realista del fenómeno?, es decir, ¿es preferible una definición más jurídica o una aproximación más psicosociológica? Sin duda se requiere de ambas y para verlo se exponen algunos aspectos, elementos, dimensiones del fenómeno de la corrupción.

Al hablar de corrupción no se requiere de mucho esfuerzo para observar que está en el día a día, ejemplo de esto son las mentiras, los engaños, el soborno, la extorsión, etc. Generalmente se utiliza para conseguir fines y metas aun cuando se dañe a otras personas. Este comportamiento va en aumento y cada día que pasa la sociedad está aceptando la corrupción como algo normal, se dice que “es parte de nuestra cultura” por esto es tan difícil detectar un caso de corrupción y hacer algo al respecto.
Cuando se analizan definiciones del término, provengan de los campos de la ética o del jurídico, de la física, apuntan a hechos donde se está atentando contra -según la definición y el campo de saber- el estado de conservación, la virtud, la moral, lo ético, la justicia, la vida, etc. Lo corrupto es alterador, es invasor y es determinante. La corrupción afecta la dimensión ética de las instituciones, fomentando la impunidad y se generalizada cuando precisamente abarca muchos niveles de la vida social e institucional: donde participa la Justicia observando pasivamente lo que ocurre (volteando la mirada para no ver) a la vez que hace la defensa activa de los involucrados, también participan quienes administran el Estado y por tratarse de una relación dialéctica participa el sector privado de manera inevitable.

Otra idea es que pareciera ser que la corrupción es una enfermedad endémica de las sociedades contemporáneas Al hablar de enfermedad endémica de la sociedad, hay que tener la precaución de no creer que la enfermedad, en este caso, es algo que proviene de afuera, del medio ambiente, como un virus o una bacteria, que nos toma desprevenidos y con las defensas inmunológicas bajas. La corrupción, como fenómeno social no sucede por cuestiones accidentales, ni por que seamos latinoamericanos y exista en nuestra constitución personal o biológica -"racial" apuntaría el discurso nazi- cuestiones fortuitas o genéticas que determinen su presencia, se sabe que interviene en su conformación cuestiones históricas, culturales, sociológicas y psicológicas. En conclusión es aprendida.

Otro elemento es su dimensión mundial. En la actualidad es un fenómeno globalizado, se internacionalizó y cuenta con grandes imperios corporativos; La corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas, atenta contra la sociedad, el orden moral, la convivencia, la justicia, así como el desarrollo integral de los pueblos. Solo se debe observar el deterioro progresivo asociados a grandes escándalos de corrupción de las cúpulas económicas y políticas de las sociedades de los países desarrollados como EEUU, Grecia, Francia, Italia, España entre otros y como han llevado a la miseria a cientos de millones de personas más allá de sus fronteras. Este fenómeno es un cáncer que carcome los cimientos de la sociedad, de la humanidad; por ejemplo, al analizar el ámbito mundial se observa cómo se perjudica el ámbito económico y social, ya que los países pierden grandes sumas de dinero por sus corruptos llevando a la miseria a millones de familias, Los corruptos están íntimamente relacionados con el aspecto político, por esto es que es tan difícil detectar un caso de corrupción.

En el mismo orden de ideas, otro tema con relación al fenómeno de la corrupción, son sus diversas manifestaciones. Con el transcurrir del tiempo se agregan cada vez más tipos de corrupción que parecen formar parte de nuestra vida cotidiana y que atentan contra la dignidad de los pueblos del mundo, esto es porque realmente no se ha tomado conciencia de los grandes daños que la corrupción puede causar a un individuo y por ende, a la sociedad y al mundo, pero parece ser que el interés mundial es no acabarla y por el contrario promoverla. Es notable entones el incremento vertiginoso a nivel mundial y con presencia en todos los continentes de grandes mafias internacionales, grandes corporativas transnacionales, dedicadas a la Corrupción de menores: (Pedofilia, abuso sexual, tráfico de drògas, etc.) Corrupción de mujeres (Prostitución, violencia, abuso sexual, etc.) Corrupción en política (compra de personas, abuso de poder, legitimación de capital, la narcopolitica, etc.). Algunas personas que viven una experiencia de este tipo logran sobrellevar el trauma en colectivo (Ej. la organización internacional de victimas de pedofilia perpetuada por integrantes de Iglesia Católica) sin embargo la mayoría sucumbe al submundo de los antivalores perpetuando la corrupción. En éste sentido es de suma importancia que se comprender que la persona corrompida puede causar serios daños a otras personas en los distintos ámbitos: el físico, social, espiritual y psicológico. Puede que esta persona cambie su jerarquía de valores y principios, que acepte la corrupción como algo normal en su vida, puede que con el tiempo no haga uso de sus valores cuando se le presente una situación similar, su autoestima puede disminuir y caer notablemente. Esta persona puede que no le importe los valores como el respeto, solidaridad y la lealtad.

Cuando se aborda el tema de la definición desde la perspectiva de la Psicología Política se le ve como un vicio o abuso de Poder en cosas no materiales, que llega a afectar seriamente los derechos humanos del otro y de los otros, como por ejemplo, ocurre con la corrupción en el ámbito de la moral pública y privada, en el ámbito de la ética política. Estas formas de corrupción posibilitan cualquier otro tipo de corrupción material. Es decir, si la persona abandona los valores supremos de la sociedad, de la Nación, o del Estado de Derecho, en un momento determinado, está dispuesta para cualquier otro tipo de transacción ilegítima e ilegal: de valores, de códigos, de amistad, Por ejemplo los acontecimientos recientes relacionados con funcionarios públicos tanto del gobierno como de la oposición involucrados en casos de corrupción, estos últimos además incursos presuntamente en delitos de corrupción asociados a mafias internacionales, además atentan contra la soberanía nacional.

Cuando analizamos la corrupción se debe contextualizar ya que varía de acuerdo a las realidades de cada región. En el contexto de América Latina un aspecto a tomar en cuenta es el hecho de que el aparato estatal sufre desde la época misma de la fundación de sus repúblicas, de los vicios del patrimonialismo que significa desempeñar las funciones públicas como si ellas fueran propiedad privada de quienes detentan, el Poder del Estado en un momento dado y que les ha sido conferido por los pueblos. Esto lleva a que los funcionarios públicos no estén en condiciones de concebir que sus conductas sean reguladas y controladas por sólidas reglas e instituciones políticas que hacen a la vida republicana (La Ley Anticorrupción). Lo que permite el avasallamiento permanente a las normas legales vigentes, el saqueo al erario Público, especialmente por aquellos gobernantes que de manera autoritaria “confunden”· lo comunitario, lo que es de todos, con lo particular, es decir, con sus ilegítimos fines privados. Hoy en Venezuela aún es difícil imaginar los niveles de corrupción de la IV República toda vez que los ingresos petroleros llenaron las arcas de un puñado de venezolanos y extranjeros que hoy atentan con esos recursos contra el avance de la Revolución Bolivariana.

Otro componente, aspecto o elemento inherente al fenómeno de la corrupción es que se trata de una transacción, arreglo, acuerdo y que éste es clandestino, secreto, encubierto, oculto, sin embargo la corrupción cuando se globaliza y sistematiza disfruta de un estatus casi oficial, de un "acuerdo" no escrito pero conocido y aceptado por todos, se naturaliza. Es increíble el poder que tiene la corrupción para mimetizarse hasta “hacerse invisible” esto obedece a la creciente sofisticación de los métodos empleados. Un referente reciente es el escándalo del espionaje mundial por parte de los EEUU de acuerdo a las denuncias archiconocidas del Sr. Edward Snowden.

Sin embargo, parece cada vez más evidente que el pacto de la corrupción es lo único que sigue siendo clandestino, y todos los demás elementos del trato pueden convivir tranquilamente en los contornos de la legalidad y de la respetabilidad. Los ejemplos de esta corrupción son múltiples y los asuntos descubiertos en los países antes mencionados, demuestra que la corrupción podía tener oficinas abiertas al público. La corrupción se realiza por medio de los corredores, de las empresas de ingeniería técnica, financiera o bancaria los intermediarios, en el punto de encuentro del corruptor y del corrupto. La intervención del órgano de intermediación es oficial, lo mismo que su remuneración. Sólo la prestación es ficticia, pues el tráfico de influencias se ha convertido en una insignificante prestación de servicios. Lo mismo ocurre con esos políticos (que aparecen en escena) o con esos otros que son las manos derechas de aquellos (entre bastidores) que reciben grandes remuneraciones, bien como consultores, bien como asalariados o dirigentes ficticios de filiales de grandes grupos económicos.

La corrupción más extendida es también la menos visible porque toma el aspecto de relaciones económicas o sociales habituales. “Se acabaron la gratificación o la comisión”, todo tiene la apariencia de la legalidad o de la normalidad, excepto El Pacto Clandestino, tácito, no escrito. La regularidad formal de los procedimientos borra hasta el sentimiento de culpabilidad de los principales interesados que, a veces, se sienten injustamente perseguidos y alcanzados en su vida privada en muchas ocasiones y “no pueden percibir” la verdadera magnitud de sus actos en los demás. Esto demuestra cómo la multiplicación de disposiciones represivas, de vigilancia de los procedimientos, no constituyen más que un intento parcial e insuficiente. Ninguna sanción penal puede resolver el problema de la corrupción si ésta no se concibe antes como una falta a las reglas de la ética pública. El respeto a las normas de buena conducta en la gestión pública exige algo más que la renuncia a cometer crímenes o delitos.
La República Bolivariana de Venezuela está una vez más a la vanguardia con relación al tema, este aspecto se puede apreciar en El Proyecto de Ley de la Reforma Parcial de la ley anticorrupción donde se incorporan los diversos actores que vienen apareciendo o que son producto del avance de la revolución bolivariana ahora no solo son los que están envestidos de la función pública sino la sociedad civil organizada en Consejos Comunales, ONGs, Fundaciones, etc. (Art. 1, 2,3 y 4). Además se cuenta con la férrea voluntad política de atacar la corrupción desde su raíz.

Considerando lo antes expuesto se debe superar la dimensión jurídica para definir la corrupción y abordarla en su justa dimensión y atacar este flagelo con la contundencia necesaria y a todos los niveles, requisito indispensable para avanzar en la construcción del Socialismo. Un estudio psicosocial del fenómeno desde la perspectiva revolucionaria venezolana contribuye y facilita el transito a la “cultura anticorrupción” y a su vez facilita la aplicación de la ley. La percepción de la corrupción en Venezuela viene siendo “fabricada” con intención y por décadas a través de las sofisticadas formas que señalábamos anteriormente, afectando tremendamente el tejido social; El colaborador de la corrupción invierte fuertes suma de dinero en estudios para engañar a las personas y como se saben crean necesidades, las respectivas “soluciones” y todos el problema que acarea la consecuencia del fraude, la mentira, el engaño, el soborno; Entre otras conduce a la desesperanza y grandes trastornos mentales hasta llegar a inhabilitar a una persona al punto de impedirle percibir la realidad más allá de la construida a partir por ejemplo de la propaganda mediática. Afortunadamente en el Continente en distintas instancias gubernamentales de los países con sistemas de gobierno revolucionarios se libran luchas anticorrupción que permiten atacar el flagelo en su dimensión global por lo que aunar esfuerzos en este sentido y el intercambio del estudio sobre el tema enriquece el alcance del estudio del fenómeno y en consecuencia su pertinencia.

Finalmente desde el trabajo que adelanta el Colectivo Psicól@s por el Socialismo son múltiples los aportes que sin duda alguna, se pueden ofrecer con relación al tema.

Isabel García
Psicóloga Social

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